El pasado mes de
marzo Juana Flores, una peruana que reside en New Jersey y lleva varias
décadas en el país, quiso hacer un pago a través de Western Union pero
explica que no pudo.
Según le dijeron su nombre estaba en una lista del
Gobierno en la que se lleva cuenta de actividades en el extranjero que
pueden constituir delitos monetarios. Sumamente intranquila Flores pidió
explicaciones tanto a la entidad como al Gobierno pero no ha recibido
respuesta de ninguno con respecto a ello.
Dice que es algo que la tiene
muy inquieta. “Me siento con el derecho de pedir una respuesta por escrito para saber qué está pasando”, señala.
Flores se ha puesto en contacto con la Comisión Federal de Comercio
para quejarse de un posible robo de identidad y lleva tiempo con su
historial crediticio congelado porque sospechaba de algo así cuando le
empezaron a llegar cartas abiertas a su nombre pese a reiteradas quejas
en el servicio postal. Explica que esta esperando información oficial
para acudir a la oficina del fiscal general.
El robo de identidad,
el acceso a la información personal de alguien (cuenta corriente,
número de seguro social o tarjeta de crédito, la licencia de manejar,
entre otros datos) con el objetivo de tener una ganancia económica, fue el año pasado la queja más frecuente ante la Comisión Federal de Comercio (FTC), una de las primeras autoridades a la que se informa cuando se tiene la sospecha de ser víctima.
Las
implicaciones de este fraude son profundas porque no solo se pueden
encontrar cargos extraños en las tarjetas de crédito, menos dinero (o
nada) en la cuenta corriente, cuentas con empresas con las que no se ha
contratado servicio sino que además alguien puede presentar una declaración ante el IRS y quedarse, por ejemplo, con un reembolso que no le corresponde. De hecho, el IRS ha creado una ciberunidad criminal para poner freno al problema.
Desde Javelin Strategy & Research,
una firma que entre otras cosas hace seguimiento de brechas en sistemas
de datos, se explicaba hace unas semanas que los ladrones de identidad
robaron unos $16,000 millones a 12.7 millones de consumidores de EE UU
en 2014. Dos tercios de las víctimas de fraude recibieron notificación de que sus datos fueron comprometidos por piratas cibernéticos.
Además de la quiebra económica, el robo de identidad puede perjudicar
la historia crediticia de la víctima e impedir que por ejemplo una
persona pueda acceder a un préstamo para hacer una compra importante.
Los ladrones de datos son cada vez más astutos rompen la seguridad de
grandes bases de datos financieras como los de grandes comercios y
reducen las posibilidades de ser atrapados usando por cada vez menos
tiempo los datos que tienen en sus manos pero haciendo en esos días gran
daño a la víctima.
Consejos para evitar ser víctima
Los consumidores
no tienen muchos medios para prevenir el delito pero como dicen en el
Centro de Recursos de Robo de Identidad (ITRC en sus siglas en inglés),
“se pueden reducir los riesgos”. Desde este centro y desde el National
Consumer League (NCL), se dan consejos para ello.
– No de el
número de su seguro social más que cuando sea necesario por asuntos
fiscales o de empleo. Si lo da, sepa cómo lo van a usar. Este número es
la llave de su identidad. “Si su aseguradora y otras empresas si van a
usar su seguro social como su identificación pida que le faciliten otro
número”, dicen en la NCL.
– Proteja su información financiera. De
su número de tarjeta o de cuenta cuando esté pagando algo. Y nunca de
información personal a través del teléfono o correo electrónico a no ser
que usted haya sido el que ha hecho la llamada a un número verificable.
– Sea consciente de su ciclo de pagos y revise sus cuentas de banco y
de tarjetas. Muchos ladrones roban pequeñas cantidades que a veces pasan
desapercibidas mes a mes.
– Cuide su correo. Tienen información
personal así que si sale de viaje, diga en la oficina que se lo guarden
para que nadie tenga acceso a su buzón.
– Memorice sus PIN de
tarjetas, no los deje en el bolso y no use el mismo para todo. El mismo
consejo se aplica para contraseñas de acceso de cuentas en línea. Una
buena contraseña tiene más de ocho letras o números, mayúsculas y
minúsculas, se recomienda una combinación que no esté en el diccionario
– Destruya a conciencia los papeles con su información. Use trituradoras de papel.
– Reduzca el número de tarjetas preaprovadas que recibe
– Mire su informe de crédito regularmente y si ve información sobre
cuentas que no son suyas u otras operaciones, dispútelo. Una vez al año
lo puede pedir gratis (www.annualcreditreport.com) En ciertas ocasiones
se puede pedir gratis el informe de crédito a las agencias que lo
proveen.