Aquella
vez no tuvo miedo en medio los combates. Hace poquito, 50 años después,
con inalterable serenidad de abuelita y sin alardes, asegura que
“todavía no me importa morir si es luchando por la Patria”.
Gladys
Santos Román participó jovencita en la fundación del 1J4 (Movimiento
Revolucionario 14 de Junio. Abrazó las ideas y el compromiso con la
Revolución. No por ni para, sino con y en la Revolución.
Pobre y solidaria, era una muchacha cuando cumplía la tarea de llevar comida a los revolucionarios presos.
Cocinó, fregó y limpió baños de más de un local para liberar la patria.
El
estallido revolucionario la sorprendió embarazada. Encuadernó
periódicos para parir y criar junto a la democracia a su amado hijo
Ilio.
Recuerda
el mitin del 1ro de mayo de 1965. "Yo no tenía miedo. Iba a todo. Es
que para defender a la Patria no se puede tener miedo”.
Juan Bosch la quiso como a una hija.
Caamaño, Manolo y Las Mirabal, también.
Ilio sirvió al pueblo dominicano desde el PLD hasta su temprana muerte.
Doña Gladys pasa los días acariciando las fotos de Ilio y el cuadro de don Juan que le pintó León Bosch.
Entre recuerdos.
Sin pasar factura a la patria.
A las jóvenes muchachas de hoy les recomienda “prepararse. Prepararse bien. Prepararse para luchar”.
Gracias
a la entrega total de mujeres como Gladys Santos Román hoy
construimos una Patria solidaria, libre y democrática en República
Dominicana.