Con el hashtag #NotGuilty (no culpable), en Gran Bretaña todos hablan de Ione Wells, de 20 años, y su impactante carta abierta a quien intentó abusar de ella.Wells, estudiante de la Universidad de Oxford,
publicó una carta que tiene como destinatario a su “agresor sexual”, un
adolescente de quien dijo no saber el nombre, en el diario de esa casa
de estudios, Cherwell.
El joven intentó abusar de ella el pasado 1° de abril a las 23, cuando estaba llegando a su casa, en el norte de Londres.
Wells contó cómo fue la agresión al comienzo de la tarde y concluye con
una pregunta: “Cuando fuiste capturado por cámaras mientras me seguías
por mi propio barrio desde el subte, cuando esperaste a que estuviera en
mi propia calle para acercarte, cuando me pusiste las manos alrededor
de mi cara hasta que no pude respirar, cuando me empujaste para que me
arrodillara hasta que mi cara sangrara, cuando luchaba contra tu mano
para poder gritar.
Cuando me arrastraste tirándome del pelo, y cuando
impactaste mi cabeza contra el pavimento y me dijiste que dejara de
gritar para pedir ayuda, cuando mi vecino te vio desde su ventana y te
gritó y te miró a los ojos y seguiste dándome patadas en la espalda y el
cuello.
Cuando rompiste mi sostén en dos por la fuerza bruta con la que
agarraste mis senos, cuando no llegaste ni una vez a agarrar mis
pertenencias, porque lo que querías era mi cuerpo, cuando fallaste en
tener mi cuerpo porque todos mis vecinos y familiares salieron, y los
viste cara a cara.
Cuando las cámaras te atraparon corriendo de tu
intento de abusar de mí… y luego siguiendo a otra mujer, veinte minutos
después, de la misma estación de subte antes de ser arrestado bajo
sospecha. Cuando estuve en la comisaría hasta las 5 de la mañana
mientras tú estabas cuatro pisos más abajo en custodia, cuando tuve que
entregar mi ropa y fotografías de las marcas y cortes en mi cuerpo
desnudo a los equipos forenses – ¿Alguna vez pensaste de las personas en
su vida?”.
La joven centró su carta en el concepto de “comunidad” y en
todas las personas afectadas cuando sucede un acto tan agresivo como
ése.
“No sé quiénes son las personas en tu vida. No sé nada de
ti. Pero sí sé esto: no sólo me atacaste a mí esa noche. Yo soy una
hija, soy una amiga, soy una novia, soy una alumna, soy una prima, soy
una sobrina, soy una vecina, yo soy la empleada que sirve a todos el
café de paso en la cafetería bajo el ferrocarril”, expresó.
“Todas las personas que forman esas relaciones, para mí constituyen
mi comunidad, y agrediste a cada uno de ellos. Violaste la verdad por la
que nunca voy a dejar de luchar, y que todas esas personas representan:
que hay infinitamente más gente buena en el mundo que mala”, continuó.
Más
tarde, Wells le dice a su agresor que la carta no es “realmente” para
él, sino “para todas las víctimas de ataques sexuales serios fallidos o
concretados y a cada miembro de sus comunidades”.
“Estoy segura de
que te acordás de los atentados del 7/7 [al transporte público de
Londres]. También estoy segura de que te acordás de cómo los terroristas
no ganaron, porque toda la comunidad de Londres volvió al subte al día
siguiente.
Tú llevaste a cabo tu ataque, pero ahora estoy volviendo a mi
subte”, reflexionó la joven. Por eso, explicó: “Mi comunidad no sentirá
que no estamos seguros caminando de vuelta a nuestras casas por la
noche. Entraremos en el último subte a casa, y vamos a caminar por
nuestras calles solos, porque no vamos a entregarnos a la idea de que
nos estamos poniendo en peligro al hacerlo. Vamos a seguir unidos, como
un ejército, cuando cualquier miembro de nuestra comunidad se vea
amenazada, y esta es una lucha que no vas a ganar”.
Wells destacó
que “la comunidad es una fuerza que todos subestimamos”. “Vos, mi
agresor, no demostraste ninguna debilidad mía, o de mis acciones, pero
sólo demostraste la solidaridad de la humanidad”, subrayó.
“Mañana,
vas a saber si te van a apresar hasta el juicio, porque rogaste los
beneficios del «no culpable» y representaste una amenaza para la
comunidad. Mañana, recupero mi vida. Mientras te sentás esperando el
juicio, espero que no sólo pienses en lo que has hecho. Espero que
pienses acerca de la comunidad. Tu comunidad – aunque no la veas a tu
alrededor todos los días. Está ahí. Está en todas partes. Tú
subestimaste a la mía. ¿O debería decir la nuestra? Podría decir algo en
la línea de «Imaginá si hubiera sido un miembro de tu comunidad», pero
en lugar permitime decir esto: no hay límites a la comunidad; sólo hay
excepciones, y tú eres uno de ellos”.