Por Miguel Angel Herrera
Al presidente Ulises Heureaux, lo sorprendieron frente a esta casa, cuando regresaba de darle la vuelta a la isla, como llamando al diablo, para que viniera a terminar con el.
Las conjuras las abanicaba con su amplio sombrero de pajita, como decía el poeta Juan José Ayuso.
Al llegar los conjurados a la sombra del tamarindo frente a la casa que se pretende demoler, un mendigo de nombre JACOBO DE LARA, le pide una limosna a LILIS y de inmediato saca su revólver para dispararle al presidente.
LILIS tenía anquilosada su mano de disparar y le fue difícil hacer blanco en los conjurados.
El presidente cae muerto y la noticia llega rápidamente a la ciudad de Santiago de los Caballeros, donde el general Perico Pepín toma las medidas para ir a buscar el cadáver de su compañero y amigo, antes de que las turbas lo profanaran. Junto a un grupo de sus más leales y valientes y Hombres enfila grupas hacia la vecina población.
El general llega a Moca, monta el cadáver de LILIS en un caballo y se devuelve para Santiago.
Sin mediar palabras con nadie enterró a LILIS en la catedral de esa ciudad, donde nadie se le ocurrió preguntar por su acción.
El cadáver de Ulises Heureaux, descanso en ese lugar hasta hace unos anos que con la remodelación de la catedral fue removido de su timba original.
Porque LILIS entro a la historia como restaurador y salió de ella como tirano.
Las conjuras las abanicaba con su amplio sombrero de pajita, como decía el poeta Juan José Ayuso.
Al llegar los conjurados a la sombra del tamarindo frente a la casa que se pretende demoler, un mendigo de nombre JACOBO DE LARA, le pide una limosna a LILIS y de inmediato saca su revólver para dispararle al presidente.
LILIS tenía anquilosada su mano de disparar y le fue difícil hacer blanco en los conjurados.
El presidente cae muerto y la noticia llega rápidamente a la ciudad de Santiago de los Caballeros, donde el general Perico Pepín toma las medidas para ir a buscar el cadáver de su compañero y amigo, antes de que las turbas lo profanaran. Junto a un grupo de sus más leales y valientes y Hombres enfila grupas hacia la vecina población.
El general llega a Moca, monta el cadáver de LILIS en un caballo y se devuelve para Santiago.
Sin mediar palabras con nadie enterró a LILIS en la catedral de esa ciudad, donde nadie se le ocurrió preguntar por su acción.
El cadáver de Ulises Heureaux, descanso en ese lugar hasta hace unos anos que con la remodelación de la catedral fue removido de su timba original.
Porque LILIS entro a la historia como restaurador y salió de ella como tirano.
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