Cronos, el dios del tiempo para los griegos, era hijo de Urano, el cielo, y de Gea, la Tierra, y hermano de los titanes. A pedido de su madre, Cronos le cortó los testículos a su padre con una hoz que Gea misma le había dado.
De las gotas de sangre que Urano perdió en la mutilación, se formaron las Erinias, diosas violentas y temibles que no reconocían la autoridad de los demás dioses, al punto de que amedrentaban hasta al propio Zeus. Al incorporar las creencias de los griegos, los romanos las llamaron Furias, que era como designaban a los genios malignos del mundo infernal de los latinos, nombre que, a partir de cierta época, adquirió para ellos el significado de la emoción que hoy en castellano llamamos furia y también dio lugar al verbo furere 'enfurecerse'. (RS)