Por Bolívar Balcacer
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En el mundo en que vivimos, especialmente durante el siglo XX, la mujer ha luchado por superarse en todos los campos del saber por que la misma sociedad le ha exigido y por el crecimiento económico y social. Podemos mencionar las áreas de educación, empleo y composición demográfica, que han sido fundamentales para participar en la igualdad de procesos económicos.
La mujer es pilar insustituible en cada una de las facetas que forman nuestro pueblo como lo son la familia, educación, ciencia, tecnología y el desarrollo político.
Las primeras décadas del siglo XX son fundamentales para la historia del feminismo latinoamericano y puertorriqueño en particular. La situación de la mujer hay que ubicarla en una perspectiva histórica para poder ilustrar que los logros y derrotas de las luchas feministas son parte de un proceso histórico dinámico y colectivo y no como una gestión personal de un grupo de mujeres.
Es así como en ese proceso de crecimiento, asistimos al engrandecimiento de mujeres que en los medios de comunicacion de New York, específicamente en la radio, emergieron y dejaron un sello indeleble.
En ese proceso hay que destacar el aporte de Malín Falú, Gilda Mirós, Liliana Marín, Gisela García, Cenia Alvarado Beltré, Denis Oller y otras, que a base de dedicación, educación, formación y cultura, sembraron de luces la imagen de su generación, en estas muchachas quedó plasmado un slabón que no ha podido ser quebrado en el tiempo.
Cuando pasamos revista a la historia de la Radio y la participación femenina en New York, nos damos cuenta que muy pocas de las actuales comunicadoras, se han preparado para crecer, es más importante para esa mayoría hoy, la silicona y el maquillaje, pero no hay interés por educarse, por ir a la biblioteca, por comprar un libro, todo lo contrario de estas estrellas que eran autenticas intelectuales del micrófono manteniendo incluso una inalterable postura moral
Estos cortes visuales que hoy compartimos con nuestros visitantes, son una muestra de cuanto aportaron y de que profesionalismo fueron poseedoras, olvidadas hoy por una radio enclenque, sin principios, sin ética, una "radio y TV gomatizada" y "descerebrada" en todos los ordenes, lo que le permite a uno pensar cuan grande fueron estas figuras convertidas ya en leyendas de la radio y la televisión neoyorquina.
Pero no es nuestro interés detenernos en ello. Sólo señalar que la imagen y presencia de la mujer en la radio y la televisión del mundo, está íntimamente asociada al universo de la publicidad. Un mundo irreal de figuras estilizadas, narcisistas, con una vocación siempre infantil, inmadura, de adolescencia crónica, en que el trabajo y la sana recreación ceden ante el divertimento y la industria del placer.
Es tan fuerte la competencia con la vida real, que algunos estudiosos afirman que la vida pretende copiar a la Televisión y no a la inversa.
En lo que refiere a New York, ante la miopía de las nuevas comunicadoras, pasarán muchos años y tal vez algunos desaparezcamos de este mundo, para poder volver a unir una pléyade de estrellas de la categoría de Malín Falú, Gilda Mirós, Liliana Marín, Gisela García, Cenia Beltré, Denís Oller.
Estas mujeres dejaron una huella vívida en el quehacer radial de New York, digna de las mayores ponderaciones.
Fueron ejemplos vivientes de Josefa Álvarez Álvarez, la primera mujer en latinoamérica que registró su nombre como propietaria de una radioemisora. Josefa, era hermana de un pionero de la radiodifusión cubana, el asturiano Manolín Álvarez Alvarez.
No podría escribirse la historia de la Radio, sin detenerse, aunque sea brevemente ante los nombres que ya son patrimonio de la cultura de nuestra america. Zoila Casas Rodríguez, la primera voz de mujer que surcó el aire a través de la 2LC, a los pocos días de ser inaugurada la Radio en Cuba, en agosto de 1922, y su hermana María Luisa, una de sus precursoras desde la Voz del aire, en la propia década de los veinte.
La locución radial se vistió de esplendor además, con las voces de las primeras locutoras Esther Sabater, Emma Lapeseña, Angélica de Céspedes, Joaquina Nuño, Xiomara Fernández, Bellita Borges, Consuelito Vidal, en dominicana Maria Cristina Camilo, Minucha Pessoti y Tamara Cruz, Gloria Guerrero, Miladys Cabral, Socorro Castellanos, Janet D. Montes de Oca, Monina Sola.
A estas le siguen Carmen y Yolanda Pujols que se dieron a conocer en el Reloj del Aire de la CMKW de Santiago de Cuba, que dirigió Antonio Pera. Pilar Clemente, Maruja Garcia, Rosa María Hurtado, Marta Velasco, Georgina Almanza, Hilda Saavedra, Dulce Marina Corbelle y María Luisa MacBeacht.
Hoy martilloyclavo rinde tributo de gratitud a estas egregias figuras de la comunicación que nos llenaron de alegria y de gloria, marcando un antes y un después para que no se olvide.
Hasta Nuestro Proximo comentario
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