Por Yordy Torres www.picoteandoelespectaculo.blogspot.com
En la industria de la música no todas las divisiones de dúo o grupos puede ser exitosa, a lo largo de la historia, en la mayoría de los casos esas independencias buscando el éxito ha restado a las carreras artística de los involucrados.
Estas separaciones muchas veces vienen de terceros, que avivan decididamente a las partes para que forme proyectos en solitario, que se quedan en el camino, dando al traste con la frustración cuando no se logran los resultados, en convertir el signo division por suma a la carrera individual del artista.
El género bachata actualmente tiene dos buenos representantes a nivel internacional Romeo Santos y Prince Royce, sus canciones son coreadas por diferentes países y siempre están dentro de las premiaciones más importantes de la industria de la música y el entretenimiento.
Pero si nos remontamos algunos años atrás, hoy pudieran ser tres los que nos representaran como dominicanos en playas extranjeras. Una division que nunca debió ser fue la de Monchy y Alexandra, un dúo que hizo historia en el género bachata, donde su música era de las preferidas por los latinos y comenzaban a saborear la concreta internacionalización de ser únicos en su clase como grupo de la música de la bachata.
Ambos siempre respaldados por excelentes músicos dirigidos por el maestro Mártires de Leon, uno de los ideologos de Monchy y Alexandra y de ser instrumentista para esos colores magistrales que adornan los acordes en muchos éxitos de la bachata y excelentes representantes en la industria discográfica y espectáculos.
Monchy y Alexandra entendemos han recorrido el tiempo suficiente cada uno por su lado, buscando espacio en sus carreras y hasta ahora los resultados no han prendido en el corazón de sus seguidores, que sienten perdidos como en un barco sin destino, ya que al final son los que llevan la carga de dividirse en dos amores a la vez, cuando lo que realmente añoran es poder volver a ver su dúo favorito Monchy y Alexandra juntos de nuevo.
Poniendo a Dios en sus corazones, deben buscar una verdadera reconciliación y por el bien de la música, los distintos representantes de los artistas, poner en la mesa la mejor de las formulas para ambas partes y sobretodo pensando en el activo más importante de todo artista, su público que hasta el final, será el verdadero ganador que sentirá no es una novela, y con pasión, seguirá, hasta el fin y tanto Monchy como Alexandra no dejarán en el libro de la industria musical una hoja en blanco. Ni Monchy, ni Alexandra pueden seguir perdidos en una novela que dejará en el libro de la bachata una Hoja en blanco
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