Cada asiento es considerado como una fuente de ingreso, y no simplemente parte del avión. (Archivo)
Cosas de su
imaginación. Los asientos en los aviones son cada vez más angostos,
pequeños y cercanos.
Las grandes aerolíneas
están sacando los antiguos asientos abultados y los están
reemplazando con modelos más delgados, que ocupan menos espacio y
así permiten meter cinco o seis asientos más en cada avión.
Todo es parte de una
nueva forma de pensar en esa rama de la economía, en que cada
asiento es considerado como una fuente de ingreso, y no simplemente
parte del avión. A mayor comodidad, se puede cobrar más por cada
pasaje. Si se substraen unos cuantos centímetros, se podrían
introducir más pasajeros por avión.
Para algunos clientes,
tener menos espacio es molestoso, pero para otros no tanto. Las
nuevas butacas tienen por lo general un rellenado más delgado. Se
están produciendo nuevos modelos de naves que tienen pasillos
levemente más angostos, por lo que se hacen más frecuentes las
colisiones del carrito de bebidas con el hombro de los pasajeros.
Todo esto ocurre en la
clase económica. En la sección de primera clase, las aerolíneas
están tratando de mejorar la oferta a fin de poder cobrar más.
El asunto de si los
asientos realmente están más juntos depende cómo se mide. Si se
usa la medida de rutina, partiendo del espacio entre los brazos, los
asientos tienen aproximadamente una pulgada de separación.
Las compañías insisten
en que los clientes no se darán cuenta, y los nuevos asientos están
diseñados de tal manera para reducir ese problema. Los sillones de
los 737 que usará Southwest tienen bolsillos para revistas más
delgados. Los de Alaska Airlines tienen bandejas levemente más
chicas. Los de United tienen el bolsillo de revistas encima de la
bandeja, alejándolos de las rodillas de los usuarios y las
aerolíneas se ahorraron algo de espacio al fabricar las sillas
usando marcos y almohadas más finos.