Por Miguel Melenciano
NUEVA
YORK.-Es entendible que ante la carencia de empleos formales, debido a
la crisis económica que abate los Estados Unidos, una cantera de jóvenes
hayan optado por "buscársela" en un ambiente tan difícil, como el
negocio del entretenimiento, en donde no es necesaria una formación
educativa específica para echarse unos dólares en el bolsillo.
Es
verdad que en este oficio no cabe todo el mundo, aunque muchos sin
saber a qué se exponen se han enganchados al manejo de artistas, otros a
vendedores de fiestas (booking) y los demás se hacen llamar
“empresarios artísticos”.
Otros
ingredientes que han alimentado la proliferación de jóvenes en este
ambiente han sido la pegada de los artistas que no están auspiciados
comercialmente por las empresas que explotan el arte, y generalmente no
quieren estarlo, como son los cantantes del género urbano.
Como
todos los trabajos informales, este también tiene sus altas y bajas,
pues el ingreso que obtendrán -los improvisados en estas labores-
depende de la pegada musical que puedan tener en el momento, él o los
artistas, que logren atrapar para sus propósitos económicos de
sobrevivencia.
Igualmente,
los artistas desechados -por los pocos y verdaderos empresarios
artísticos que aún quedan en esta urbe- producto de su comportamiento
desordenado en su momento de gloria, que a muchos los llevó a hundirse
en el terrible mundo de las drogas, de los cuales -algunos al día de
hoy- se mueven como en arena movediza.
La
inexperiencia en el negocio del entretenimiento, a nuestro entender, ha
hecho que estos jóvenes cometan faltas colosales, que inclusive los ha
llevado a quedar mal en el pago con los artistas que representan,
después de haber recibido los respectivos depósitos de manos de los
propietarios de discotecas.
Para
ponerle un paro a ésta y otras situaciones que se han venido dando en
el negocio del entretenimiento, los representantes, bookings y
empresarios artísticos de vieja data en la Babel de Hierro, se han
asociado, y dieron cuerpo a un sindicato que pretende regular el
ejercicio de los que participan en esta profesión.
Felicitamos
a los que con este esfuerzo tratan de enderezar el derrotero por el que
llevan los inexpertos e improvisados representantes este negocio, así
como a los artistas que pretenden representar. En buena hora.