Por: Miguel
Melenciano
BRONX, NY.- Uno de los negocios
del director financiero de la Asociación
de Bodegueros de los Estados Unidos, ASOBEU, Radhames Rodríguez fue objeto de un voraz incendio de tres
alarmas que dejo consumido en su totalidad el edificio en donde se encontraba
situado, mientras el propietario se hallaba en Republica Dominicana.
El siniestro que estalló alrededor de
las 3:30 de la tarde, convirtió en ceniza en pocas horas la bodega “Pamela Deli
Grocery’ propiedad de Rodríguez, ubicada en la 163 calle y Tinton Avenue en
Morrisania del sector del Bronx a pesar de que los bomberos están localizados a
solos unos metros de distancia.
Con una rapidez vertiginosa, el fuego
se extendió en la parte desocupada de
arriba del edificio que había sido renovado recientemente, resultando dos
bomberos heridos con quemaduras e inhalación de humo, los cuales permanecen en
condiciones estables y fuera de peligro.
A pesar de los ingentes esfuerzos que
hicieron los bomberos para salvar lo que quedaba de la edificación, el resplandor
persistente del voraz incendio logro consumir todo lo que quedaba del mismo,
causando pérdidas millonarias, y la merma de un punto de referencia de esa
comunidad.
Mientras ocurría el incendio, su
propietario Radhames Rodríguez se estaba en la Republica Dominicana junto a una
comisión de empresarios e inversionistas agotando una agenda de visitas que
incluye la firma de un acuerdo con el estado dominicano, a través del CIE-RD, así
como visitas a los medios de comunicación para promover el Congreso Sobre los
avances del acuerdo regional DR-CAFTA a realizarse en los salones de conferencias de la Naciones
Unidad.
La finalidad del acuerdo con el
estado dominicano es promover la atracción de inversión extranjera hacia la República
Dominicana e impulsar las políticas de promoción y desarrollo de los productos
dominicanos en los comercios del estado de Nueva York, además de garantizar protección a estas inversiones.
Finalmente el incendio fue puesto
bajo control a eso de la 18:17 de la noche sin pérdida de vida y quedando de la
tienda de comestibles solos escombros y cenizas, de una bodega –que según los
residentes del lugar- jamás será olvidada.