Beverly Brignoni quería lucir una figura más esbelta y para
ello viajó de Nueva York a República Dominicana, atraída por los costos
más bajos de las operaciones estéticas y la proliferación de clínicas
especializadas en cirugías plásticas.
El resultado, sin embargo, fue fatal. La joven de origen
puertorriqueño de 28 años y madre de una niña de cuatro falleció el 20
de febrero pasado durante la operación estética en una reconocida
clínica de Santo Domingo debido una embolia pulmonar masiva, según el
reporte preliminar y lo que el médico informó a sus familiares.
La fiscalía no inició todavía una investigación porque espera el
informe forense, según la portavoz Mónica Peña. La familia de Brignoni,
por su parte, contrató desde Nueva York a un abogado en Santo Domingo
para que presente una demanda penal en caso de mala práctica médica y
reclame una indemnización. “Queremos saber qué pasó exactamente”, dijo
Bernadette Lamboy, abuela de Brignoni.
“Queremos saber si hubo negligencia”. La muerte de un paciente que se
somete a procedimientos estéticos en Santo Domingo no es usual, pero
las complicaciones derivadas de ese tipo de intervenciones sí lo son, al
punto de que el Departamento de Estado estadounidense recomienda en su
página en internet tomar “fuertes precauciones al considerar una cirugía
cosmética en República Dominicana”, ya que se han reportado problemas
posteriores a las operaciones e inclusos muertes, además de que algunos
cirujanos plásticos ofrecen sus servicios sin los permisos necesarios.
El Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por
su sigla en inglés) emitió una alerta el pasado 7 de marzo luego de que
durante los últimos 12 meses se reportaron 16 casos confirmados de
mujeres estadounidenses que sufrieron graves infecciones
microbacterianas tras someterse a cirugías estéticas en República
Dominicana.
En ninguno de esos casos, provocados por posibles equipos médicos
contaminados, se reportó la muerte de la paciente, pero el tratamiento
para detener las infecciones incluye el prolongado uso de antibióticos e
incluso cirugías para remover los tejidos infectados y drenar los
fluidos, explicó Douglas Esposito, miembro del CDC. “Algunas de las
pacientes pasan por una o más cirugías y varios viajes por el sistema
médico”.
Al igual que otros países, como México, Costa Rica y Tailandia,
República Dominicana ha ganado terreno en el turismo médico. Ofrece
tratamientos de bajo costo –hasta un tercio de lo que se pagaría en
Estados Unidos– y el interesado puede combinar el tratamiento con una
vacación en sitios paradisíacos.