Por: Ana B. Nieto/EDLP
Nueva York - En
los últimos meses algunas de las marcas conocidas del país han explicado
que las cosas no están yendo bien y su análisis va algo más allá de una
mala temporada de ventas por culpa del mal tiempo en la mitad del país.
En apenas un par de semanas, RadioShack y Staples han anunciado cierres
de tiendas. Son 1,100 y 225 menos establecimientos para cada marca,
respectivamente.
Estas empresas echan el cierre a algunos
de sus establecimientos después de que otras como JC Penney,
Abercrombie & Fitch, Aeropostale o Barnes & Noble anunciaran
medidas similares.
La competencia del comercio electrónico
que especialmente fuerte para quienes como RadioShack venden tecnología
apenas da respiro a las minoristas que además arrastran una crisis que
muchos hogares han tratado de navegar cortando todos los gastos que han
podido. En este contexto, la mínima equivocación en estrategia sale muy
cara, como sabe JC Penney. Muchas compañías ya débiles por estos dos
motivos echan cuentas para ver si pueden hacer frente a los costes de
los alquileres y personal.
En el caso de empresas de moda juvenil
como Aeropostale, que en diciembre aumentó a 175 el número de tiendas a
cerrar y lleva varios trimestres encadenando pérdidas ($70 millones en
el último), el problema es que la juventud ya no es lo que era.
Literalmente.
Los jóvenes tienen cada vez más opciones
de moda en marcas más baratas como Forever 21, y las europeas H&M y
Zara que cambian sus líneas de vestir más frecuentemente. Pero sobre
todo, estos clientes que antes dejaban que su ropa hablara por ellos
ahora dan ese papel a los aparatos de electrónica. Los audífonos que
vuelven a ser grandes, las tabletas y los teléfonos, han tomado una
mayor relevancia en la imagen de unos jóvenes que prefieren gastar su
ahorros comprándolos con descuentos porque sus presupuestos, dado el
alto desempleo juvenil, no dan para muchos más gastos.