Enrique Armenteros, Carolina de Gamundi, Pedro O. Gamundi P., Patricia de Wax, Massimiliano Wax y Francisco J. Abate F.
Con motivo de la celebración de su 45 Aniversario la Fundación Dominicana de Desarrollo llevó a cabo un magistral y concurrido concierto de Música Sacra.
El evento se realizó en el Convento de los Dominicos ambientado especialmente para los 70 músicos que componían la Filarmónica Música Sacra, dirigida por Darwin Aquino, y las 35 armoniosas voces del Grupo Vocal de Matisses, conducidas por la reconocida Pura Tyson.
La línea de recibo estuvo compuesta por el Sr. Francisco J. Abate F., Director Ejecutivo, el Sr. Massimiliano Wax y Patricia de Wax, creadores del concepto, el Sr. Pedro O. Gamundi P., Presidente del Consejo Directivo a quien le acompañaba su esposa, la Sra. Carolina Acra de Gamundi, y el Sr. Ernesto Armenteros C., Vicepresidente del Consejo Directivo.
A las 7:00 de la noche el señor Gamundi daba la bienvenida con un emotivo discurso el cual ponía de manifiesto la labor que ha venido realizando la institución a través de los diversos proyectos de desarrollo social, económico y comunitario en la República Dominicana. Resaltó que seguir “cambiando vidas, creando empresas” a sus más de 15,000 clientes es el norte a seguir dentro de la misión catalizadora que les mueve.
A seguidas, iniciaba la primera parte del programa con la composición vocal sacra “Tota Pulchra es María”, seguida de “Cantata para Amansar la Muerte”, obra para soprano, tenor, voz blanca, coro mixto y orquesta. Esta pieza, de estreno nacional, fue comisionada especialmente para la ocasión In Memoriam Carlos Piantini, y producida por el propio Aquino. Basada en textos de los afamados escritores dominicanos León David y Manuel Rueda.
Con ella la Fundacion deja un significativo aporte a la cultura dominicana. Mantiene así su contribución de manera importante a la nación dominicana tal como la introducción de la vid a principios de los años 70 y con ésta, el desarrollo de toda la industria vinícola en la región de Neyba, o como la creación del símbolo artesanal de la República Dominicana, la muñeca sin rostro, a finales de los 80.
Después de un corto intermedio, los presentes disfrutaron el plato fuerte de la noche, la “Sinfonía Número 7 en Mi mayor” de Anton Bruckner, artista Austríaco Elogiado por el propio Papa Benedicto XVI, la cual se presentaba también por primera vez en República Dominicana. Y, lo que es mejor, en el mundo, al contar con las partituras originales antes desaparecidas del autor. A este fin, vinieron al país los señores William Carragan y John Barker, ambos miembros del Bruckner Society Association, quienes quedaron más que complacidos con la calidad interpretativa resultante de este momento histórico.
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