Por más
que averiguo, no encuentro dónde es que está la oficina a la que hay que acudir
a apuntarse para sacar el certificado que acredita en el país a los que son
honestos. Quisiera curarme en salud, porque veo caer a diario honras y
reputaciones bien ganadas, además de que me provoca curiosidad conocer a los
que ostentan el derecho de determinarlo. De buena fuente me aseguran que no
existe tal oficina, y que los fusilamientos morales los ejecutan personas
autoconvencidas de que son el rasero moral de la sociedad y de que si no se
coincide con ellas, automáticamente se pasa a ser escoria. Personas que,
enquistadas en medios de comunicación y desde redes sociales, dan cátedra de
moralidad en paños menores, y a quienes la principal virtud que les adorna es
su miseria humana.
NELSON RODRIGUEZ / DIARIOLIBRE
Por
más que averiguo, no encuentro dónde es que está la oficina a la que
hay que acudir a apuntarse para sacar el certificado que acredita en el
país a los que son honestos. Quisiera curarme en salud, porque veo caer a
diario honras y reputaciones bien ganadas, además de que me provoca
curiosidad conocer a los que ostentan el derecho de determinarlo. De
buena fuente me aseguran que no existe tal oficina, y que los
fusilamientos morales los ejecutan personas autoconvencidas de que son
el rasero moral de la sociedad y de que si no se coincide con ellas,
automáticamente se pasa a ser escoria. Personas que, enquistadas en
medios de comunicación y desde redes sociales, dan cátedra de moralidad
en paños menores, y a quienes la principal virtud que les adorna es su
miseria humana.
Por
más que averiguo, no encuentro dónde es que está la oficina a la que
hay que acudir a apuntarse para sacar el certificado que acredita en el
país a los que son honestos. Quisiera curarme en salud, porque veo caer a
diario honras y reputaciones bien ganadas, además de que me provoca
curiosidad conocer a los que ostentan el derecho de determinarlo. De
buena fuente me aseguran que no existe tal oficina, y que los
fusilamientos morales los ejecutan personas autoconvencidas de que son
el rasero moral de la sociedad y de que si no se coincide con ellas,
automáticamente se pasa a ser escoria. Personas que, enquistadas en
medios de comunicación y desde redes sociales, dan cátedra de moralidad
en paños menores, y a quienes la principal virtud que les adorna es su
miseria humana.