La noche del martes 10 de enero los ojos del mundo se tornaron
nuevamente a la televisión con el fin de presenciar uno de los momentos
más icónicos del año, que apenas comienza. No, en esta ocasión no fue Hollywood y
sus extravagantes galas las que llamaron la atención, sino la salida de
un presidente que cada vez ganó más el cariño de su público.
Durante su discurso de despedida, que se llevó a cabo en la ciudad de Chicago, Barack Obama compartió
varias palabras emotivas que, incluso en algunos momentos, parecía que
lo llevarían a las lágrimas. El presidente de Estados Unidos de enero de
2009 a enero de 2017 recordó a la audiencia su interés por unir al
país, y la urgió a seguir adelante con este objetivo, sin importar quién
estuviera al mando.
“Recae en cada uno de nosotros ser esos guardianes ansiosos y celosos de nuestra democracia”, dijo durante el discurso.
Entre sus palabras, unas de las más bellas y personales fueron las que dedicó a su familia.
Habló acerca del incondicional apoyo que recibió por parte de su esposa
y también de lo orgulloso que se sentía de sus hijas, y cómo habían
librado la complicada época como hijas del presidente de la nación.