Si
alguien esperaba que hubiera un cambio entre lo que Donald Trump mostró
como candidato y Donald Trump el presidente, ya no importa.
El
nuevo mandatario pronunció el viernes un discurso de investidura salido
directamente de su guion de campaña, para el deleite o la consternación
de distintos grupos de estadounidenses.
Trump hizo alusiones a la
unidad y comenzó con palabras amables para Barack y Michelle Obama, pero
de inmediato hizo una aguda crítica del status quo y del gobierno de
Obama.
En el pasado, los presidentes han prometido un Pacto Estadounidense,
una Nueva Frontera, una Gran Sociedad. Trump esbozó una visión de una
"carnicería estadounidense".
Luego prometió concluirla con un enfoque nacionalista de "Estados Unidos primero" en la forma de gobernar.
Fue un discurso para los partidarios de Trump, pero tal vez no para los que sufragaron por alguien más.
Cuando
Trump le dijo a la multitud en el National Mall y a los que observaban
desde lejos que "todo el mundo está escuchándolos a ustedes ahora" y
habló de un "movimiento histórico como nunca se ha visto en el mundo",
parecía estar dirigiéndose a los que sufragaron por él con un tema que
ya les había planteado.