La revelación de Campos de Moya y Circe Almánzar,
principales dirigentes de la Asociación de Industrias, en el sentido de
que los empresarios le han retirado su apoyo al Movimiento Verde porque
desnaturalizó su lucha, constituye la estocada mortal a una iniciativa
que volvió a engañar a los incautos con falsas promesas de redención
social.
Lo extraño es que gente tan experimentada como la que compone esos
grupos empresariales se haya dejado sorprender por un movimiento que
desde el principio tuvo propósitos sediciosos, que fue formado y
dirigido por la misma gente que apenas unos meses antes había fracasado
en las elecciones al obtener una votación ridícula.
Pero, además, los mismos que en los meses finales de 2012
escenificaron aquellas protestas contra Leonel Fernández, que
piquetearon la Fundación Global, que montaron el sainete de juicios
populares contra exfuncionarios, que organizaron las fracasadas marchas
frente a la OISOE, que se resistieron a acatar el resultado electoral de
2016 y que se aliaron para denunciar esos comicios como fraudulentos.
Exactamente la misma gente obsesionada contra los gobiernos del PLD
-- probablemente con miles de defectos--, pero elegidos legítimamente
por la enorme mayoría de dominicanos que ejercen el sufragio cada cuatro
años para darle continuidad a un orden democrático que cumplió el
pasado sábado primero de julio, 51 años ininterrumpidos.
Los empresarios no sólo fueron engañados por esos pequeños grupos
antisistema, sino que también contribuyeron con la frustración que sufre
la sociedad al ver apagarse la única lucecita al final del túnel que
por momentos hizo creer a algunos que se iniciaba el fin de la
corrupción, una cultura entronizada por más de 500 años en la sociedad
dominicana.
¿… Cuántas veces lo dije?
Lo que “descubrieron” ahora los empresarios para retirarle el apoyo a los farsantes que organizan la llamada Marcha Verde, lo repetí hasta el cansancio en esta columna y les advertí a esos mismos empresarios que estaban criando cuervos para que les sacaran los ojos. Porque nadie como ellos, como los empresarios, están en la mira de esos grupos antisistema.
Lo que “descubrieron” ahora los empresarios para retirarle el apoyo a los farsantes que organizan la llamada Marcha Verde, lo repetí hasta el cansancio en esta columna y les advertí a esos mismos empresarios que estaban criando cuervos para que les sacaran los ojos. Porque nadie como ellos, como los empresarios, están en la mira de esos grupos antisistema.
La gente mejor informada del país tuvo siempre constancia de que
grupos organizados de empresarios estaban financiando las costosas
manifestaciones verdes. Pero los bolsillos más sacrificados fueron los
de algunos empresarios muy ricos que hicieron contribuciones millonarias
de forma particular, de sus propios bolsillos.
Estos miembros de dinastías empresariales de mucho poder económico
alegan ahora que también fueron engañados por los dirigentes del
movimiento Verde porque pensaron, dicen ellos, que el fin era adecentar
la función pública poniendo en evidencia el enriquecimiento ilícito de
dirigentes políticos y allegados al gobierno del PLD que han acumulado
riquezas incuantificables.
Ignoraban, obviamente, que las primeras riquezas que persiguen esos
grupos son “las que detenta la oligarquía empresarial” de la que ellos
forman parte.
…Los otros “cotizantes”
Muchas veces hice preguntas a los lectores de esta columna: ¿De dónde sale el montón de dinero que cuesta financiar actividades propagandísticas tan costosas? ¿Se ha pensado en lo que cuestan las sombrillas, las camisetas y las gorras que se distribuyen en esas marchas? ¿Se ha calculado el costo de cada uno de los centenares de buses y microbuses que rentan esos señores para acarrear gente de una región a otra, de pueblos a la capital, de los campos a los municipios…? A cada una de esas personas se les entrega un “combo” con un sándwich, un refresco, una botella de agua, y a quienes se trasladan en sus propios vehículos hay que llenarles el tanque de gasolina.
Muchas veces hice preguntas a los lectores de esta columna: ¿De dónde sale el montón de dinero que cuesta financiar actividades propagandísticas tan costosas? ¿Se ha pensado en lo que cuestan las sombrillas, las camisetas y las gorras que se distribuyen en esas marchas? ¿Se ha calculado el costo de cada uno de los centenares de buses y microbuses que rentan esos señores para acarrear gente de una región a otra, de pueblos a la capital, de los campos a los municipios…? A cada una de esas personas se les entrega un “combo” con un sándwich, un refresco, una botella de agua, y a quienes se trasladan en sus propios vehículos hay que llenarles el tanque de gasolina.
Los empresarios acaban de cortarle un ala a ese financiamiento… Y la
otra —la extranjera—, está agotada… Pero de eso hablaré mañana.