República Dominicana atrae mayormente a retirados cuya pensión les rinde mucho más allá.
“República Dominicana reúne una serie de condiciones, especialmente para retirados, que les permite tomar la decisión de mudarse. Un retirado cuyo único ingreso que tiene es [su pensión o un ingreso promedio de $800] y no tiene casa, no puede vivir en Puerto Rico. Pero con $800, un retirado, con seguro social, vive cómodo en República Dominicana”, explicó el licenciado.
Se van con dinero y con altos grados educativos.
Aunque cientos
de puertorriqueños siguen migrando a República Dominicana, son
principalmente los retirados y los empresarios quienes ven en el país
vecino una oportunidad para estirar el peso o generar más ingresos.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de República
Dominicana, en el 2015 la mayoría de los puertorriqueños que residen
allá pertenecían a un grupo socioeconómico alto, un 5.9% del total de
inmigrantes en ese renglón, comparado con un 2% de nivel medio y medio
alto, 1.7 % de nivel medio bajo, .2 % bajo y .1 % muy bajo.
Además, poco menos de la mitad de los jefes de familias puertorriqueñas alcanzaron estudios superiores o universitarios.
El
abogado y presidente de la organización Boricuas en Quisqueya, Luis
Noel González, observó que la mayoría de la población puertorriqueña en
el país del mangú y del merengue son retirados, empresarios y una
cantidad considerable de estudiantes de medicina.
González explicó que las ciudades con mayor
concentración de puertorriqueños están ubicadas al este: Higüey, La
Romana, San Pedro de Macorís, Santo Domingo y Santiago, resumió.
“El problema de nuestra identidad nos persigue”
Aunque
se puede rescatar alguno que otro dato sobre los boricuas en Quisqueya,
no se sabe con exactitud cuántos hay debido a que, cuando se habla de
estadísticas, la relación colonial de Puerto Rico mantiene bajo la
sombrilla de los Estados Unidos a los residentes puertorriqueños.
El
número específico más reciente se remonta al 2012, cuando el gobierno
dominicano elaboró la Primera (y única) Encuesta Nacional de Inmigrantes
(ENI) y de allí se desprende que había 4,416 puertorriqueños. Se trata
del cuarto grupo más grande después de Haití, Estados Unidos y España.
Sin
embargo, “funcionarios de migración han expresado que aquí viven entre
20,000 a 25,000 puertorriqueños”, explicó González, quien desde que se
radicó allá en 2010 se ha dedicado a estudiar y documentar las dinámicas
de esta población.
Ese estimado surge del movimiento de pasajeros
de Puerto Rico a República Dominicana y viceversa, provenientes del
U.S. Bureau of Transportation Statistics (BTS). En 2013 entraron al país
vecino 214,999 boricuas y salieron 192,188 lo que deja un total de
22,811 puertorriqueños que no cruzaron de vuelta el Canal de Mona.
Empero, esa cifra se reduce sustancialmente en los datos más recientes, del 2015, a 710 puertorriqueños.
Por
otra parte, según un informe de la Dirección General de Migración
Dominicana, en el mes de marzo la agencia deportó puertorriqueños. No
precisó cuántos.
¿Qué sucede con ellos? ¿Cuál es la postura
oficial del gobierno de Puerto Rico frente a este fenómeno? Primera Hora
gestionó una reacción a través del Departamento de Estado, pero todavía
no se ha recibido respuesta. Tampoco estuvo disponible para este medio
una reacción del cónsul general de la República Domincana en la Isla,
Franklin Grullón, a pesar de innumerables llamadas y visitas al
consulado.
Primera Hora continúa esperando la información.
De
hecho, el gobernador Ricardo Rosselló aun no ha nombrado la persona que
dirigirá la Oficina de Puerto Rico en República Dominicana. De todos
modos, los servicios de esta entidad van mayormente dirigidos a promover
y facilitar el desarrollo de empresas puertorriqueñas en Quisqueya.
Urgen censar la población
La
organización Boricuas en Quisqueya prepara una propuesta para hacer un
estudio que logre contabilizar a esta población e identificar sus
necesidades, así como obtener otros datos que permitan estudiar el
fenómeno de este movimiento migratorio.
Según González, durante
el gobierno de Alejandro García Padilla presentaron una que fue
rechazada. Estiman que el costo podría rondar los $20,000.
Mientras
tanto, la economía puertorriqueña sigue en picada con un decrecimiento
de cerca de 4% y la del país vecino despunta con un crecimiento de
alrededor de 7% y, según datos del Banco Mundial, una reducción en las
tasas de pobreza de 36.4 % en 2014 a un 30.5 % en 2015.