Las visitas del presidente
Danilo Medina a los productores del campo y la aplicación de políticas de democratización
del crédito han venido sembrando alegrías y cambiando la vida a mucha
gente trabajadora.
Pero también están revirtiendo
la tendencia de que los productores y en especial sus hijos quieran abandonar
el campo para irse a la aventura loca, muchas veces improductiva, de la ciudad.
Así lo establece hoy la
Dirección General de Comunicación a través del video y la nota de prensa
titulados: “Problema resuelto” (http://bit.ly/1joM12d) en el cual se narra la odisea que
atravesaban los 76 parceleros de Cotui, sin agua para producir y sin
dinero para comprar bomba.
“Labraban la tierra cuando se
les fue el agua. Con el arroz en estado de preñez. Seis meses estuvieron
sin agua. Perdieron entre 40 y 50 por ciento de la siembra. Vieja, la bomba de
agua no dio más”
Estaban en gran apuro. Así lo
cuentan Julián Cáceres y Pedro Antonio Jiménez. Asentados por el IAD
(Instituto Agrario Dominicano) en 1982, están agrupados en 3 asociaciones.
Democratización
del crédito
Desesperados y con el problema
encima sólo se les ocurrió acudir al gobierno. Por fortuna gobierna
Danilo Medina, cuyas visitas a los productores del campo y políticas de
democratización del crédito han venido sembrando alegrías y cambiando la
vida a mucha gente trabajadora. Consiguieron la bomba de agua. Resuelto el
problema.
En las
parcelas se cultiva de todo
Ahora en las parcelas se
cultiva de todo, ají, plátano, arroz. Y mucho.
Estelvi, el hijo de Pablo
Jerez, dice que quiere seguir en el campo. Que no se va. Testimonio alentador,
vale resaltar, pues desde hace años nuestros campos envejecen no sólo en
productores sino también en agrónomos. Que el hijo de un parcelero quiera
quedarse es una buena señal y un indicador de que con políticas correctas
se puede revertir la tendencia de abandonar el campo para irse a la
aventura loca, muchas veces improductiva, de la ciudad.
Cuando hay
cariño los gobiernos resuelven
¡Oh, pero venga acá, ustedes
desean vivir en el campo, la gente de la ciudad!, dice Julián con el
orgullo recuperado.
La historia de los parceleros
de Saballo que cuenta hoy la DICOM cuenta cómo, con poco (dinero), se puede
hacer mucho, y que cuando hay cariño, los gobiernos resuelven.
Historia
completa
Labraban la tierra cuando se
les fue el agua. Con el arroz en estado de preñez. Seis meses estuvieron sin
agua. Perdieron entre 40 y 50 por ciento de la siembra. Vieja, la bomba de agua
no dio más. ¿Y con qué cuartos podían comprar otra?
Los 76 parceleros de Saballo,
Cotuí, estaban en gran apuro. Así lo cuentan Julián Cáceres y Pedro Antonio
Jiménez. Asentados por el IAD (Instituto Agrario Dominicano) en 1982, están
agrupados en 3 asociaciones.
Desesperados y con el problema
encima sólo se les ocurrió acudir al gobierno. Por fortuna gobierna Danilo
Medina, cuyas visitas a los productores del campo y políticas de
democratización del crédito han venido sembrando alegrías y cambiando la vida a
mucha gente trabajadora.
Consiguieron la bomba de agua.
Resuelto el problema.
Ahora en las parcelas se
cultiva de todo, ají, plátano, arroz. Y mucho.
Estelvi, el hijo de Pablo
Jerez, dice que quiere seguir en el campo. Que no se va. Testimonio alentador,
vale resaltar, pues desde hace años nuestros campos envejecen no sólo en
productores sino también en agrónomos. Que el hijo de un parcelero quiera
quedarse es una buena señal y un indicador de que con políticas correctas se
puede revertir la tendencia de abandonar el campo para irse a la aventura loca,
muchas veces improductiva, de la ciudad.
¡Oh, pero venga acá, ustedes
desean vivir en el campo, la gente de la ciudad!, dice Julián con el orgullo
recuperado.
La historia de los parceleros de
Saballo que hoy te traemos, cuenta cómo, con poco (dinero), se puede hacer
mucho, y que cuando hay cariño, los gobiernos resuelven.