Apple anunció hoy que trasladará la producción de su nuevo ordenador Mac Pro de Estados Unidos a China, en lo que parece un ataque directo a las políticas del presidente Donald Trump y su guerra arancelaria con el gigante asiático.
De hecho, la firma con sede en Cupertino, California, criticó recientemente esa disputa comercial que considera que perjudicará a ambos lados del espectro y la capacidad de la potencia oriental de contribuir a la economía estadounidense.
El anuncio llega después de que la corporación californiana considerase trasladar parte de la fabricación de otros productos fuera de China a raíz de las tensiones comerciales entre ambas naciones. De ahí que haya sorprendido la jugada de la firma dirigida por Tim Cook dentro y fuera de EEUU. Sin embargo, la justificación es clara y evidente por parte de Apple: una reducción en los costes de producción y envío, además de tener mucho más sentido desde un punto de vista logístico.
El nuevo Mac Pro, presentado el pasado 3 de junio y que saldrá a la venta a 6.000 dólares por unidad, se fabricará en la planta de Shanghai, cerca de algunos de los proveedores asiáticos del gigante norteamericano, de acuerdo a The Wall Street Journal. Apple está negociando con Quanta Computer para que se encargue del montaje de la ambiciosa máquina.
Aunque el Mac Pro no es, ni mucho menos, su producto estrella, el movimiento de Apple tiene un significado especial tras la presión ejercida por Trump durante meses para regresar la producción a EEUU. Es un desafío en plenas negociaciones con China durante la cumbre del G-20 que está teniendo lugar en Japón. Lo último en esa escalada de tensiones ha salido de boca del secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, que ha señalado que hay el acuerdo comercial está avanzado "en un 90%".
Apple, por su parte, ha optado por no echar más leña al fuego y ha indicado que el montaje final es solo una parte de la producción de su ordenador. El resto, aseguran, es Made in the USA. "Como todos nuestros productos, el nuevo Mac Pro está diseñado en California e incluye componentes de varios países, incluyendo EEUU", indicaron en un comunicado. "Estamos orgullosos de apoyar cadenas de producción en 30 estados del país y el año pasado invertimos 60.000 millones de dólares en 9.000 proveedores de todo EEUU. Nuestras inversiones e innovaciones están apoyando dos millones de trabajos americanos".
Trump ha dejado dicho que la única forma para Apple de evitar que se encarezcan sus productos es que se fabrique todo en suelo patrio. El mandatario parece obviar la notoria diferencia en el coste de la mano de obra y de las piezas en el extranjero. Apple sí parece tenerlo presente.