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martes, 1 de julio de 2014

La ley que declara al Merengue Patrimonio Cultural sin un reglamento, es pura intenciones y deseos


Por Miguel Melenciano
Declaran al merengue ritmo nacional…. ¿y qué?. ¿Con qué se come eso?.  Me pregunto, ¿esta ley obligará a las emisoras a ocupar de su espacio para promover el ritmo que ahora por ley nos identifica?  Esto está por verse.   Lo que sí está claro, es que la responsabilidad de tomar todas las acciones habidas y por haber, para lograr los objetivos de la ley, está puesta a cargo del Ministerio de Cultura.
Mas, esta carga, me parece un poco confusa, ya que  las atribuciones conferidas al Ministerio de Cultura no están muy claras, pues el artículo tres de la referida  pieza legislativa no traza claramente las pautas que debe seguir el importante ministerio para promocionar, difundir y expandir  el merengue.
Además, y al mismo tiempo, le clava una daga mortal al ritmo: inmortalizándolo por un lado, para que sea recordado por la futura generaciones, como el ritmo autóctono que nos identifica a nivel del mundo y, a la vez,  limita su desarrollo, a ser tratado como Patrimonio Cultural simple y llanamente.
Si bien es cierto, esta ley satisface a los que desde tiempos inmemorables han luchado porque se reconozca el merengue como ritmo vernáculo, parido por nuestros ancestros  musicales, y de esta forma, estamparle definitivamente el sello de made in Dominican Republic, la misma ley deja insatisfechos y huérfanos a los pocos jóvenes, que afanosamente pretenden trascender, interpretando el cadencioso ritmo.
¿Por qué esta legislación deja afligidos y desamparados a la nueva camada de merengueros?. Simple y llanamente  no se establece en la misma la creación de un reglamento -por parte del Ministerio de Cultura- a través del cual esta institución pueda establecer reglas que sirvan para en forzar los objetivos de la ordenanza.
Igualmente, el reglamento deberá otorgar poderes al Ministerio de Cultura, para conminar a los medios radio-visuales a colocar merengue en su programación.  Del mismo modo, que la ordenación pueda establecer sanciones a los medios que se nieguen.  El organismo para hacer cumplir la ley y su reglamento – en este caso- sería el Instituto Dominicano de la Telecomunicaciones, INDOTEL, por ser el organismo que rige y otorga los permisos de las comunicaciones en la República Dominicana.

De esta forma, la ley no pasaría como una manifestación de intenciones y deseos, y de relegar, simple y llanamente al aspecto histórico-patrimonial a un ritmo, que de contar con el apoyo de los compositores, los intérpretes y del estado, podría levantarse como Lázaro de Betania, que aunque había pasado bastante tiempo desde su muerte y la advertencia de que el cadáver ya hedía... Jesús lo llamó diciendo "LEVANTATE Y ANDA"... Y Lázaro oyó su voz desde la muerte y volvió a la vida.   El merengue lo puede también.