América Móvil, el gigante de las telecomunicaciones de Latinoamérica, propiedad de Carlos Slim,
ha anunciado que va reducir su presencia en México por debajo del 50%
en el sector.
La decisión supone una colosal retirada, con un movimiento
posiblemente superior a los 15.000 millones de dólares. Su objetivo es
dejar de ser “agente económico preponderante”.
Esta definición es la piedra angular de la reforma de telecomunicaciones
puesta en marcha por el presidente Enrique Peña Nieto y afecta a las
compañías que tengan más de un 50% de audiencia, tráfico, usuarios o
suscriptores en el sector de las telecomunicaciones o de la
radiodifusión. América Móvil controla el 84% de la telefonía fija y el
70% de la móvil. Como medida correctora se le ha impuesto la obligación
de compartir de forma gratuita sus infraestructuras con los
competidores.
Slim, una de las mayores fortunas del mundo, anunció la medida al cierre de la Bolsa de México
y cuando la Cámara de Diputados aún debatía, antes de su aprobación,
los últimos flecos de la polémica reforma de las telecomunicaciones. Muchos diputados de la oposición han señalado
que el nuevo entramado legal ha sometido a mayores restricciones a
América Móvil que a Televisa, el agente preponderante en el sector de la
radiodifusión.