Por Cholo Brenes
Se nos hace difícil comenzar un trabajo cuando nuestros informes son pobres. Nada nuevo hay en el firmamento artístico dominicano. Nos hemos pasado el año entero presentando artistas extranjeros sin que haya, a la vista, incipientes estrellas en la tierra de Casandra Damiron.
Las noticias en las páginas encargadas de difundir nuestro arte son nulas y las pocas que salen nos hablan de nuevos dembowseros que engrosan a los cientos de cientos de los ya existentes. Removieron un poco las avispas en el panal del merengue, pero solo por dos o tres días. Es que los cambios y movimientos tienen que nacer desde abajo. Cuando se imponen estos no son genuinos y consecuentes con la verdad. Al igual que los fuegos artificiales, bellos y duran segundos.
En el pueblo no se percibe eso: pero, algunos dirán… no hay fiesta que no se toque merengue, al menos en la clase media y alta… y si, es verdad. Al menos en las discotecas de los barrios la bachata, el dembow, la salsa y el reggaetón… y el típico: el del Cibao esta entrando… gracias a Dios.
No son las columnas de farándulas las que imponen el gusto. No son los programas de televisión en donde se pasean los mismos artistas todos los meses haciendo su clásico City Tour que algunos pagan hasta mil dólares para hacerlo. Tampoco determinan el gusto… más bien lo empalagan…
El grajo no se vende como perfume, es barato, popular y se adquiere con el sudor de trabajo duro. Usted no puede comprar o vender potecitos de grajo para imponer su producto en el gusto del pueblo. Cabe mencionar que con eso se nace, su propuesta lo adquiere cuando usted se la pasa de sol a sol. Y este ha ido desapareciendo hasta en los haitianos que eran sus clásicos portadores… algo parecido pasa con el merengue. Con columnas frías no se imponen intérpretes, deben de trabajarlo desde adentro, día a día, Compositores, músicos, arreglistas, cantantes y periodistas.
No está muerto, pero tampoco huele y no esperemos a que hieda… que lo entienda quien pueda…
Se nos hace difícil comenzar un trabajo cuando nuestros informes son pobres. Nada nuevo hay en el firmamento artístico dominicano. Nos hemos pasado el año entero presentando artistas extranjeros sin que haya, a la vista, incipientes estrellas en la tierra de Casandra Damiron.
Las noticias en las páginas encargadas de difundir nuestro arte son nulas y las pocas que salen nos hablan de nuevos dembowseros que engrosan a los cientos de cientos de los ya existentes. Removieron un poco las avispas en el panal del merengue, pero solo por dos o tres días. Es que los cambios y movimientos tienen que nacer desde abajo. Cuando se imponen estos no son genuinos y consecuentes con la verdad. Al igual que los fuegos artificiales, bellos y duran segundos.
En el pueblo no se percibe eso: pero, algunos dirán… no hay fiesta que no se toque merengue, al menos en la clase media y alta… y si, es verdad. Al menos en las discotecas de los barrios la bachata, el dembow, la salsa y el reggaetón… y el típico: el del Cibao esta entrando… gracias a Dios.
No son las columnas de farándulas las que imponen el gusto. No son los programas de televisión en donde se pasean los mismos artistas todos los meses haciendo su clásico City Tour que algunos pagan hasta mil dólares para hacerlo. Tampoco determinan el gusto… más bien lo empalagan…
El grajo no se vende como perfume, es barato, popular y se adquiere con el sudor de trabajo duro. Usted no puede comprar o vender potecitos de grajo para imponer su producto en el gusto del pueblo. Cabe mencionar que con eso se nace, su propuesta lo adquiere cuando usted se la pasa de sol a sol. Y este ha ido desapareciendo hasta en los haitianos que eran sus clásicos portadores… algo parecido pasa con el merengue. Con columnas frías no se imponen intérpretes, deben de trabajarlo desde adentro, día a día, Compositores, músicos, arreglistas, cantantes y periodistas.
No está muerto, pero tampoco huele y no esperemos a que hieda… que lo entienda quien pueda…