Bolivar Balcácer |
Cuando
Bolivar Balcácer la emprendía en contra de un grupo de comunicadores de
la ciudad de Nueva York, diciendo que eran gente impropia para el
oficio, que constituían un descrédito para la profesión, que iban a las
actividades sociales a comer y a beber, y que encima de eso cobraban
para cubrir los eventos, en lo personal sentía pena, porque se trata de
un sector social con el que estamos vinculados quisiéramos o no.
Se hablaba de que los empresarios artísticos de Nueva York asumían una actitud de menosprecio hacia la crónica de arte de la ciudad, y que preferían invitar para la cobertura de actividades a los cronistas de Santo Domingo, pagando viaje, alojamiento y dieta, en vez de recurrir a los "lambones" de Nueva York.
Y eso lo decían los mismos empresarios.
Sin embargo, en todo momento asumimos una actitud de conciliación, para que se entendiera que los comunicadores de Nueva York son importantes, y que en virtud de lo cual debían ser tratados.
O sea, que sin ponerlo de manifiesto, asumimos una posición contraria a la de mi amigo Balcácer, más que nada buscando un entendimiento con la crónica de arte de la ciudad de Nueva York. (Fuimos los creadores de la filial de Acroarte en Nueva York, siendo presidente de Acroarte, y como tal nos duele)
Sin embargo me duele más ahora admitir, luego de ver y comprobar el comportamiento de alguna gente, que ciertamente Bolivar Balcácer tenía razón en cuanto a la falta de clase, de profesionalidad de algunos de los que ejercen en la plaza.
No todos, que conste...Pero pena y verguenza debe dar, que ni siquiera con decencia se puedan algunos comportar cuando se les invita a una actividad social, familiar, en casa, donde hay niveles, consideraciones, comportamientos que deben ser observados.
La baratija bullunguera de frikitaki, de kulikitakatí, y la falta de clase, debe tener su límite, licenciado....Usted que está en Santo Domingo.