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Pino navideño
Cuenta la historia
germana, que el árbol sostenía al mundo y que en sus ramas estaban
sostenidas las estrellas, la luna y el sol. Era un símbolo de vida,
porque a pesar de los duros inviernos, éste no perdía su follaje y
verdor.
Los primeros documentos que nos hablan
del árbol de navidad son del siglo XVII en la región de Alsacia, y en el
siglo XVI se tiene indicios que en los países nórdicos se empiezan a
reunir familias en torno a un árbol de navidad. Mientras que los niños
el día 24 eran llevados a pasear, a su regreso éstos eras sorprendidos
con un árbol muy bello y decorado, así daba inicio el festejo de
navidad.
Se dice del uso del árbol, adornado y
venerado por los Druidas de Europa central, cuyas creencias giraban en
torno a la sacralización de todos los elementos de la naturaleza. Estos
pueblos celebraban el cumpleaños de uno de sus dioses adornando un árbol
perenne, coincidiendo en cercanía con la fecha de la Navidad cristiana.
El árbol tenía el nombre de Divino
Idrasil (Árbol del Universo), en cuya copa se hallaba el cielo, Asgard y
el Valhalla; mientras que en las raíces profundas se encontraba el
infierno. Cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa,
descubrieron que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, dios
del Sol la fertilidad, adornando un árbol perenne, en la fecha próxima a
la Navidad cristiana. Este árbol simbolizaba al árbol del Universo,
llamado Yggdrasil, en cuya copa se hallaba Asgard (la morada de los
dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín); y en las raíces más
profundas estaba Helheim (el reino de los muertos). Posteriormente con
la evangelización de esos pueblos, los cristianos tomaron la idea del
árbol, para celebrar el nacimiento de Cristo, pero cambiándole
totalmente el significado.
Se dice que san Bonifacio (680-754),
evangelizador de Alemania, tomó un hacha y cortó un árbol que
representaba al Yggdrasil (aunque también pudo ser un árbol consagrado a
Thor), y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el
amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas
simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las
velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Conforme
pasó el tiempo, las manzanas y las luces, se transformaron en esferas y
otros adornos.
Es posible que el primer árbol de
Navidad, como lo conocemos en la actualidad, fue decorado en Alemania en
1605 para alegrar la navidad con su frío invierno, comenzando así su
difusión.
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