La bebida, especialmente el champagne Laurent - Perrier, fue la gran vedette de la fiesta. Rihanna y sus acompañantes llegaron a tomar 12 botellas en un solo día.
También hubo derroche de vodka y energizantes para soportar las fiesta noche tras noche, que terminaban cerca de las 6 de la mañana.
Uno de los últimos días, la artista intentó hacer jet ski pero tuvo que suspenderlo por alto nivel de alcohol en sangre.
En sus vacaciones llenas de excesos no faltaron los besos y bailes hot en esta fiesta, que terminó en Cannes, donde llegó el crucero y Rihanna tomó un vuelo hacia Los Ángeles, donde se presentará en la entrega de premios MTV Awards... Si es que la resaca se lo permite.