El juicio de Bill Cosby
por agresión sexual comenzó el lunes con un testimonio cargado de
lágrimas y con los fiscales pintando al famoso actor como un depredador
sexual que incapacitaba a sus presuntas víctimas con drogas y vino.
Es el mayor juicio a una celebridad estadounidense en muchos años, y
el actor de 79 años, pionero al pulverizar las barreras raciales, corre
hoy el riesgo de pasar el resto de su vida tras las rejas. Enfrenta una
sentencia mínima de 10 años de prisión más una multa de 25 mil dólares.
Vestido de traje azul marino, Cosby se sentó junto a su equipo de
abogados en la corte de Norristown, un suburbio de Filadelfia
(Pensilvania, este), los ojos dirigidos a veces al jurado, a veces hacia
abajo.
Unas 60 mujeres han acusado públicamente a Cosby de abuso sexual a lo largo de cuatro décadas.
Algunas de ellas estaban en la corte el lunes, pero la suerte de
Cosby depende de las acusaciones de una sola mujer, Andrea Constand, por
un solo incidente ocurrido en enero de 2004. Es el único caso criminal
en su contra, porque la mayor parte del presunto abuso tuvo lugar hace
demasiado tiempo como para procesarlo por ello.