Los “guardias de abril” se constituyeron en una
casta militar segregada del cuartel, odiada por el “imperialismo” y el
régimen de Balaguer, pero admirada y reconocida por la gente común del
pueblo que la asumió como un ejército heroico, de ensoñación y novelaÖ
Los “Hombres Ranas de Montes Arache” dejaron en el imaginario popular
el mito de la inmortalidad a quienes no les entraban “ni los tiros de
las ametralladoras” por muy yanquis que fueran, y sus hazañas en
aquellos “combates patrióticos” mitificaron una existencia que en lo
real se tradujo en privaciones de todo tipo, casi orillando la miseria
económica extrema.
Muchos de los combatientes constitucionalistas fueron cazados como
palomas una vez concluida la contienda bélica, sobre todo jóvenes que
“llegaron llenos de patriotismo” desde los pueblos del interior, y se
incorporaron a la lucha popular sin haber tenido jamás un arma de guerra
en sus manos.
Y los que han sobrevivido más de medio siglo después --por lo menos
la inmensa mayoría-, han padecido todo tipo de limitaciones sin haber
recibido nunca el reconocimiento que tanto merecenÖ
ÖPor eso acojo con especial interés esta colaboración de uno de los hombres de mayor confianza de Juan Bosch, Aurelio Guerrero.
... A retazos y con dilación
“Los derechos de los militares constitucionalistas han sido reconocidos a retazos y con dilación extrema. En el 2001, la ley 137/01, promulgada por el presidente Hipólito Mejía, que les otorga pensiones regulares y en el 2010, los decretos 236 y 237 del presidente Leonel Fernández, que les reconoce rangos y valores; pero ahora que hablamos de justicia, de transparencia y ética, oportuna la ocasión para que volvamos el rostro hacia esos compatriotas, reclamando al Estado dominicano que complete el reconocimiento y la dignificación de esos héroes de la República.
“Los derechos de los militares constitucionalistas han sido reconocidos a retazos y con dilación extrema. En el 2001, la ley 137/01, promulgada por el presidente Hipólito Mejía, que les otorga pensiones regulares y en el 2010, los decretos 236 y 237 del presidente Leonel Fernández, que les reconoce rangos y valores; pero ahora que hablamos de justicia, de transparencia y ética, oportuna la ocasión para que volvamos el rostro hacia esos compatriotas, reclamando al Estado dominicano que complete el reconocimiento y la dignificación de esos héroes de la República.
“Leales a su juramento de defender con sus vidas las leyes, la
Constitución y la integridad del país, se sublevaron contra un gobierno
de facto para restablecer la Constitución de 1963 y reponer al
Presidente libremente elegido. La Revolución de Abril de 1965 tuvo mayor
trascendencia porque de guerra civil se convirtió en guerra patria tras
la intervención norteamericana, y esa fue su gloria pero también su
penar.
“Hace más de 52 años de aquel acontecimiento infausto, y la sociedad
dominicana aún pasa por la afrenta de tener a esos patriotas sumidos en
la proscripción y el olvido. Su vía crucis ha sido largo, de hondas
precariedades, dolores y destierros; viven como una especie de parias,
mientras militares golpistas y aliados del invasor extranjero han
cumplido su ciclo de vida militar y amasado fortunas”.
.... Merecen ser reivindicados
“Ya envejecidos, cuando gran parte de ellos languidecen y mueren, los militares constitucionalistas alientan la aspiración de que el Estado dominicano reivindique para las nuevas generaciones y la historia el significado de su acción en la conformación de la estabilidad del sistema democrático.
“Ya envejecidos, cuando gran parte de ellos languidecen y mueren, los militares constitucionalistas alientan la aspiración de que el Estado dominicano reivindique para las nuevas generaciones y la historia el significado de su acción en la conformación de la estabilidad del sistema democrático.
“Basta decir que el fantasma del golpe de Estado es ya solo una
sombra en el recuerdo, que se extinguió en la conciencia de los
cuarteles y en la vida política del país. Y es gracias a ellos.
“Entiendo que esa comunidad de dominicanos agrupada en la Fundación
de Militares Constitucionalistas de la Revolución de Abril, ha elevado
un recurso --pendiente de fallo--, ante el Tribunal Constitucional para
que amplíe y eleve de rango el contenido de los decretos del año 2010.
Con su laudo el alto tribunal y su presidente, Milton Ray Guevara,
saldarían una deuda de honor con esos hombres. Y haciendo justicia,
colma sus sueños y cubre sus pechos gallardos de estrellas.
“Con mis saludos de siempre, Aurelio Guerrero”