Sensual, desnuda y a color. De gala, en blanco y negro o
enrollada entre las sábanas en la suite 261 del Hotel Bel-Air en Los
Ángeles. Así posó Marilyn Monroe a finales de junio de 1962, seis
semanas antes de morir, en la que fue la última sesión de fotos de la
actriz.
A aquella última sesión con el fotógrafo Bert
Stern, que se desarrolló durante tres días, se le conoce como "The Last
Sitting" y de ella salieron algunas de las imágenes más emblemáticas de
la actriz y que han contribuido a perpetuar su mito.
Algunas de esas instantáneas se exponen hasta el 10 de junio en la galería vienesa WestLicht, fecha en la que serán subastadas.
Más de medio siglo después de su muerte, el interés por la exhuberante
rubia se mantiene vivo entre coleccionistas privados de todo el mundo.
Las 56 fotos de la serie "The Last Sitting" que se subastarán tienen un valor estimado de hasta 120.000 euros.