Aunque el espectáculo que ofrece Jennifer Lopez
regularmente en Las Vegas siempre acaba por arrancar aplausos y vítores
del público gracias a su impresionante puesta en escena, la actuación
suele dejar a la artista tan emocionada al repasar algunos de los
momentos más importantes de su carrera, que no puede evitar soltar
alguna que otra lágrima delante de todos los asistentes.
"La gente suele preguntarse siempre: '¿Está llorando?'. Pues sí, la
verdad es que lloro casi todas las noches", aseguró la diva del Bronx en
conversación con Entertainment Tonight, antes de revelar que el
principal motivo que la lleva a sacar a relucir su lado más enternecedor
es el homenaje que rinde siempre a sus hijos, los mellizos Max y Emme
(8), desde el escenario.
Pese a que la estrella de la
música hace todo lo posible por no derrumbarse cuando los rostros de
sus pequeños aparecen en pantalla, lo cierto es que a los hijos que
tiene con el también cantante Marc Anthony les "encanta" robarle el
protagonismo del concierto durante unos minutos."A ellos les encanta,
mientras que yo lo paso fatal. Me dicen siempre: '¿Por qué pones mi cara
ahí?'.
Mi hijo me hace creer que no le gusta ser el centro de atención y
se queja un poco, pero mi hija simplemente lo disfruta. También se lo
pasa genial viéndome actuar, aunque no sé lo que realmente le pasa por
la cabeza. Pronto lo sabremos", añadió.Los vástagos de la inquieta
Jennifer Lopez están más que acostumbrados a seguir a su madre por todo
el mundo cada vez que se embarca en cualquier tipo de proyecto
profesional, llevando así un estilo de vida nómada que, sin embargo, en
ningún momento ha afectado a su educación ni tampoco a su dócil
carácter.
"Mis niños se ajustan perfectamente a todo
tipo de situaciones y siempre son cariñosos y encantadores con los
demás. Además les va muy bien en los estudios porque se esfuerzan con
sus tutores personales. Para mí lo más importante es que siempre estén
con su madre, en ningún momento se han sentido abandonados por mí",
manifestaba en una entrevista reciente.