En ocasiones las empresas caen en el error de
poner mucho dinero en la contratación de influenciadores, para recibir
apoyo en la gestión de sus redes sociales, sin tomarse el tiempo mínimo
necesario para establecer con claridad los objetivos e indicadores de
éxito en esos acompañamientos.
Primero deben invertir recursos y tiempo en la contratación y
análisis de data, para completar un diagnóstico profundo de sus
consumidores, de sus preferencias y expectativas
Poner su marca, sus contenidos en manos de un tercero, sin haber
definido el qué, cómo, cuándo, porqué y dónde, es un error que sus
clientes no le tolerarán.
Cuando recurrimos a influenciadores, tenemos que establecer sus roles
en nuestra estrategia. Definir a cuáles perfiles nos interesa alcancen,
en cuáles momentos, con cuáles mensajes, con qué frecuencia y en cuáles
redes sociales deberán accionar para alcanzar nuestros objetivos
corporativos.
Los influenciadores deben recibir de los dueños de las marcas la
inducción apropiada respecto de su posicionamiento, sus diferenciadores,
sus objetivos (imagen, rotación-ventas, recordación), y su rol
específico en la gestión de las redes sociales. Deben establecer también
los indicadores de medición del desempeño, incentivos, alcance
geográfico y período de la cobertura.
Las estrategias off y online de las marcas no pueden depender
solamente de los influenciadores. De hecho, algunos consultores
recomiendan que las marcas establezcan su posicionamiento primero de
manera independiente, creando sus contenidos, basados en el análisis de
la data de sus consumidores.
Posteriormente, de forma complementaria, capitalizar el impacto de
influenciadores, estratégicamente seleccionados, en línea con la
segmentación realizada.
Alcanzar un nivel de retorno de la inversión (ROI) favorable,
dependerá en gran medida, del nivel de certeza con el que se definan los
objetivos, antes de la selección y contratación.
Compartimos tres tips para obtener un mejor retorno de la inversión, cuando se utilicen los servicios de influenciadores:
1.- Seleccionar a los influenciadores basado en su desempeño ante
gestiones de acompañamiento similares a los desafíos de su marca. No
solamente por el alcance de sus mensajes (cantidad de seguidores) y su
ranking dentro del sector de negocio con el que interactúa.
2.- Analizar su audiencia. No asuma que sus seguidores tienen el mismo perfil del influenciador.
3.- Motivar el desarrollo de contenido perdurable y sostenible.
Mensajes cuya frescura y novedad mantengan su actualidad y relevancia en
el tiempo.