Críticos opinan que la película de Disney buscaba a una nueva generación de seguidores y revitalizar el western con una historia que no se posicionó
El llanero solitario vuelve a la pantalla grande, esta vez con la actuación de Johnny Depp . (Foto: CORTESÍA )
Luego de 80 años de recabalgar las llanuras de Texas, El llanero
solitario vuelve a la pantalla
La historia, creada originalmente en formato de radionovela, resurge con
una producción que ronda los 250 millones de dólares y que el primer
fin de semana de exhibición en Estados Unidos había recaudado sólo 29.4
mdd.
A estos datos, publicados por The Hollywood Reporter, se agregan los 175
millones invertidos en publicidad a nivel global, lo que podría
representar un serio descalabro para Walt Disney, si se compara además
con las estimaciones de expertos consultados por esta revista
especializada, quienes cotizaron los ingresos totales de esta cinta en
275 millones de dólares.
El crítico de cine José Antonio Valdés Peña considera que el filme forma
parte de una moda de reciclar mitos viejos y encontrar una nueva
generación que los acepte. “Ya vimos el resurgimiento de Superman, el
Batman y el de Sherlok Holmes”.
Si recordamos, explica, el serial de El llanero solitario en tv era
bastante pedestre. Eran aventuras muy chiquitas que contaban en 10
minutos.
“Aquí muy seguro nos expondrán una película de más de dos horas con
muchos efectos especiales y donde finalmente Disney se está mordiendo el
reboso poniendo a Johnny Depp en un papel donde Toro era el personaje
secundario, no El llanero Solitario”.
El crítico compara esta nueva producción de Disney con cintas
relativamente recientes y que considera más apegadas a la manufactura
western, como Secreto en la montaña (2005), de Ang Lee, y que más allá
del puro entretenimiento agregan temáticas universales.
Esta historia interpretada por Jake Gyllenhal y Heath Ledger ilustra el surgimiento de nuevos horizontes dentro del género.
En el otro extremo del género, tanto Valdés como Hilario Peña coinciden
en ubicar películas más digeribles como el mismo Llanero Solitario,
pasando por parodias como Django sin cadenas (2012), de Quentin
Tarantino, y el regreso de historias clásicas al estilo de Appaloosa
(2008), de Ed Harris. "No porque le coloques una pistolera a tu
protagonista y lo pongas a echar bala y un sombrero pues ya es western",
abunda Hilario Peña.