Es una pena que mientras sectores sensatos de Acroarte, están preocupados por la crisis que sacude a la institución, y han promovido reuniones con fines de buscarle una salida honorable a la situación, el señor Máximo Jiménez arremete en forma desconsiderada en contra de ex presidentes y miembros de la Junta de Asesores que no han querido firmarle una carta con la que busca apoyo a sus decisiones, en interés de contrariar la sentencia de un tribunal de la República que restablece sus derechos a un grupo de miembros sancionados.
Máximo Jiménez busca poner a Acroarte por encima de las leyes, y no escucha consejos.
En su odio y descontrol, llega al
extremo de proclamar que desea ser electo como presidente del Tribunal
Disciplinario de Acroarte para seguir ejecutando acciones
desconsideradas en contra de miembros fundadores de la entidad.
¡El tribunal de la Santa Inquisición,
en tiempos modernos! ¡Dios proteja a Acroarte y su gente! Qué manera de
terminar una gestión, en una crisis permanente que ha tocado todos los
estamentos de la entidad, afectando sensiblemente su imagen, sin que
nadie tenga derecho a proclamar cordura y sensatez.
Joseph Cáceres
JUAN CARLOS JIMÉNEZ EDITOR