El show de mal gusto que realizaron los mamberos en el programa de Extremo a Extremo, no es más que una muestra de la desunión que existe entre ellos.
Debieran de copiar de los reguetoneros boricuas, quienes se ayudan mutuamente para lograr mantener el género en que se desenvuelven con vida.
En vez de sentarse analizar su declive en el gusto popular, van a la televisión a despotricar en contra de sus colega.
Hasta que no dejen de pensar con los pies, estarán cavando cada día una fosa que lo ira poco a poco enterrándolos vivo.
A nadie tienen que echarles la culpa de lo que les pasa, que se revisen así mismo, a ver si encuentran el camino que lo conduzca al éxito nuevamente.
Hay que dejarlos que sigan apuñalándose verbalmente uno a otros, total ellos son los que pierden.