Escribía hoy la periodista del Listin Diario Inmaculada Cruz, un excelente reportaje con el cual se ubica con puntos y señales, la realidad que hoy se vive con el merengue en la ciudad de New York.
Fuimos testigos presenciales en todos los lugares que en el reportaje se menciona, las principales salas y lugares donde el merengue de los años ochenta estuvo presente.
Salvo algunas oportunidades en que el ritmo se tocó en el Happy Hill Casino, Fuego Fuego, Las Vegas , Casa Borinquén, Roseland, Sheraton Centre, todo el andamiaje del merengue se fue al piso por los propios merengueros.
No supieron dosificar las giras y mucho menos se preocuparon por hacer un merengue que fuera acorde con las generaciones que se iban desarrollando y por ende empezaron a sonar viejos.
Hoy día la situación es diferente. Milly Quezada adapta sonidos nuevos a sus trabajos y llega a jóvenes que lo sienten como alternativa a los trabajos urbanos que le han bautizado como “merengue de calle”, una clasificación que el queda alta, porque el merengue siempre ha tenido sus raíces en la calle.
Pero las discusiones de si está o no en el piso, muchos teóricos lo comparan con la salsa. Que se murió….que no se murió…entonces ¿Gilberto Santa rosa y El Gran Combo como logran mantenerse?
Y alguien puede responder a la pregunta de que si el merengue se murió, de qué forma Johnny Ventura vendió en las navidades una producción que equivalía a todas las ventas de los merengueros dominicanos juntos durante un año.
Aquí hay un detalle que no se ha tomado en cuenta.
Los tiempos cambian y los merengueros no se dan cuenta. Realmente el merengue atraviesa por un mal momento….pero los culpables son los merengueros.
No le busquen respuestas a preguntas que no existen.
