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lunes, 25 de diciembre de 2017

Michelle Salas, la complicada vida de una ‘influencer’ mexicana


Hija del cantante Luis Miguel y la modelo Stephanie Salas, triunfa en las redes sociales y ha sido imagen de firmas como Dolce & Gabbana, Chanel o Cartier


El momento más duro del día de Michelle Salas es tomarse dos cucharadas de vinagre de manzana y un chorrito de limón al despertar. "It's so bad", comenta esta joven de 28 años en uno de sus vídeos de YouTube. Habla español perfectamente, pero es mucho más cool mezclarlo con algunos toques sencillos de inglés. El brebaje es lo que más le cuesta, o al menos eso es lo que muestra frente a la cámara. Todo lo demás parece fácil. Gimnasio, compras, peluquería, maquillaje, comida gourmet, compras, cena exquisita, dormir. En alguno de esos huecos deja un espacio para trabajar en su blog.

No queda muy claro a qué se dedica esta influencer mexicana. Vive entre Los Ángeles, Madrid, Nueva York y Ciudad de México. Y, sin tener una carrera de modelo, algunas grandes firmas ya se han disputado su imagen, como Dolce&Gabbana, Chanel o Cartier. Acumula algo más de medio millón de seguidores en su cuenta de Instagram. Y aumentar esa cifra parece uno de los objetivos principales de la hija de Luis Miguel y la modelo mexicana Stephanie Salas. La clave está en los likes. Pertenece a una nueva generación de famosos que han revolucionado la moda convencional.

Después del vinagre entra por la puerta un hombre alto y corpulento, con un bronceado a juego con su camiseta negra con dos enormes cortes laterales que le llegan hasta la cintura. Gafas de sol extragrandes. Y a hacer sentadillas. Porque ella insiste en que le gusta "demasiado" comer y eso no se debe notar. Este joven, al que ella llama Franie, la pone a saltar a la comba o a hacer flexiones junto a la piscina de su lujosa mansión de Los Ángeles. Y a correr. Porque tienen mucho trabajo. "¿Me acompañan?", pregunta Salas a la cámara.

Se ha puesto un vestido lencero color dorado y en algún lugar de su bolso guarda diferentes modelos de gafas de sol. La tarea del día es ir a un showroom a escoger la ropa que ella quiera para ponérsela y hacerse fotos. Después de tomar café en el lugar más "in de L.A [léase como el-ei]", repetirán el mismo trabajo en otro local diferente. Las marcas exhiben sus prendas y rezan para que esta joven decida ponérselas en alguno de sus viajes como invitada a las semanas de la moda, desde Nueva York hasta Milán.

Salas no tiene un canal propio de YouTube, sino un espacio que le ha otorgado la revista Hola! en esa plataforma. Ahí ha contado algunos de sus viajes, desde Nueva York hasta Ibiza. Y uno de los más vistos y compartidos fue el que hizo en Milán con su madre el día que iba a desfilar en la pasarela de Dolce & Gabbana. El vídeo grabó el momento de sorpresa de su madre cuando Domenico Dolce decide que salgan juntas a desfilar: "No me lo puedo creer", comentaba Stephanie mientras sostenía como podía la cámara con la que estaba grabando a su hija.