Cayman Music, una compañía musical con sede en
Londres, perdió una batalla judicial en la capital británica para
quedarse con los derechos de 13 canciones escritas por Bob Marley.
Entre los títulos en disputa estaba “No woman, no cry”.
La compañía alegaba que las canciones no estaban incluidas en el
acuerdo alcanzado con Blue Mountain Music en 1992, a través del cual
vendió los derechos de varias canciones, dado que Bob Marley las firmó
con otros nombres.
La Corte Suprema falló a favor de Blue Mountain, diciendo que las canciones sí estaban cubiertas por el acuerdo.