La especialista en asuntos migratorios, doctora Yadira Morel, afirmó que
la merenguera dominicana Fefita la Grande “no ha podido comprender,
afrontar, ni aceptar lo que a ella le pasó con su visado”, aparte de que
le mintió al consulado norteamericano sobre el problema que tuvo con su
visa, que le fue cancelada el 17 de mayo de 2001.
“Nadie ha tenido nunca que arrodillarse para pedir una visa. El
consulado da perdones constantemente. Lo que da pena de todo esto es que
una persona haya querido negar totalmente lo que a ella le pasó y no ha
haya podido viajar”, dijo la señora Morel al entrevistar al periodista
José Jáquez en su programa de televisión Yadira. Jáquez es el autor del
libro “Si quiere venir, que venga…”una biografía autorizada de la
artista.
“Fefita no quiere aclarar ni aceptar lo que le ha pasado”, dijo Yadira
Morel. “El consulado americano no funciona así, tiene las puertas
abiertas para todo el mundo. Ella tiene (reservada) su visa P-1 porque
se la merece. Ella es artista y la visa P-1 es una visa de trabajo, que
se le otorga a cualquier grupo musical conocido, nacional o
internacionalmente, como lo es ella. Pero hay que reconocer que tiene
ciertas carencias académicas.
Ella necesita un perdón, pero no ha sido sincera con nadie. No es verdad
lo que ella afirma, acerca de que el consulado le dicen que no le dan
visa porque si va a Estados Unidos se va a quedar. Eso no es verdad.
Fefita tiene un problema serio y ella lo sabe”. En tono de broma, la
doctora Morel dijo que Fefita debe tomar un poco de Ubicatex, es decir,
para que se ubique en la realidad.
En mayo de 2001, según narra José Jáquez en su libro, a Fefita la
detuvieron en Nueva York al comprobarse que una mujer viajaba con un
pasaporte alterado (un “machete”, como se dice aquí) Cuando en Migración
la cuestionaron, según el relato de Fefita, dijo que el pasaporte se le
había extraviado a una hija suya y la otra persona lo utilizó tras
alterarlo. Entonces no había los parámetros de seguridad que tienen
ahora los pasaportes. Fefita fue esposada y luego deportada hacia la
República Dominicana, tras cancelársele la visa.
La doctora Morel dijo que Fefita “no sabe lidiar con la verdad; ahí es
donde está el problema. Yo llevo varios años queriendo tratar con
Fefita pero ella no es manejable a menos que a uno le guste mucho el
acordeón y ella le toque una fiesta, tocando el tema migratorio.
Fefita hace tiempo debía tener su visa. Fefita decidió borrar y negar
cualquier cosa que está mal y eso es fraude. Ella tiene un problema
serio. Ese problema tiene que aceptarlo, sin restarle los méritos que
tiene el consulado americano: es un irrespeto lo que ella te dijo a ti
(José Jáquez).
No es verdad lo que ella dice que el consulado americano le está negando
la visa a cada rato, porque el miedo la paraliza y diciendo que no
le dan visa porque supuestamente le dicen que va a quedarse. Ella
debería tomarse una pastilla de Ubicatéx para aceptar ese caso”. (Eso es
recomendarle que se ubique y acepte la realidad.
José Jáquez dijo en su conversatorio con la doctora Morel que Fefita la
Grande también le mintió, no solo sobre lo que realmente le pasó con la
visa, sino con respecto a su nombre, pues dice que se llama Manuela
Josefa, cuando en realidad su nombre es María Antonia Tavárez, pues no
fue reconocida por su padre, don Seíto Cabrera, y adoptó el apellido de
su madre. En su libro, Jáquez incluye una fotocopia del Acta de
Nacimiento de Fefita, que no deja lugar a dudas.
“No le cobré un solo centavo por escribir el libro”, dijo Jáquez. “Es lo
contrario: gasté mucho dinero en dos años de investigaciones, incluso
localizando y entrevistando personas en Los Oréganos de Guayubin que la
conocieron de pequeña, entre ellos un ex esposo de la merenguera.
La doctora Morel reveló que en una ocasión la productora de televisión
Cristina Saralegui invitó a Fefita a su programa, a pesar de carecer de
la visa.
La experta en Migración dijo que había preparado el perdón para Fefita,
pero la artista la dejó esperando e incluso le pidió “dieta y gasolina”
para venir de Santiago, donde vive, a las oficinas de la doctora Morel.
“En el consulado americano lo que hay que saber es el trabajo que se
está haciendo. El perdón es una figura que existe en el tema migratorio.
Ojalá poder mencionar la lista de personas que han conseguido el perdón
en este país. No es justo que Fefita insista en acusar a personas que
no tienen nada que ver con el caso. Hay miles de personas que se han
equivocado y han obtenido su perdón”, dijo la especialista en Migración.
Señaló que “da gusto ver a Fernando Villalona, quién es hoy después de
haber sido perdonado. Le dieron visa de diez años y es respetado y
querido cuando visita el consulado”. (Hace muchos años, a Villalona le
cancelaron su visa por problemas relacionados con el consumo de
sustancias prohibidas, pero reconoció su error, dejó la adicción y tiene
visa por diez años que le permite volver a los Estados Unidos, como lo
ha hecho, sin temor alguno).
“Todos tenemos la capacidad de equivocarnos y Fefita, en un momento de
su vida se equivocó”, agregó la doctora Morel. “El perdón es una figura
que existe en el tema migratorio. Ojalá poder mencionar la lista de
personas que han conseguido el perdón en este país”.
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