Por Miguel
Angel Herrera
El ritmo
bautizado como salsa y que llegó a su máxima expresión cuando la Fania All Star
la catapultó al mundo con una serie de figuras y orquestas, como nunca se había
hecho.
El tiempo pasó
y el ritmo perdió popularidad, pero
nunca murió.
En Puerto
Rico se adopta el ritmo que se proyecta con producciones criollas y temáticas
diferentes.
Se hizo salsa
romántica y los detractores trataron de subestimarla con el título de “salsa
monga” y aunque se impuso el estilo, no es menos cierto que sigue adelante.
En el país hemos
visto con mucha curiosidad un fenómeno musical que viene a competir con los ya
establecidos, Bachata, Urbano y Merengue como exponentes de lo cotidiano.
Una generación
de jóvenes ha vuelto a “trabajar” la salsa en términos musicales y los
resultados hasta ahora han sido muy buenos.
Los
exponentes algunos conocidos y otros presentando credenciales han hecho el
trabajo y lograron una penetración popular de tal magnitud, que ya sus nombres
son familiares al público que los escucha y los sigue.
Pese a este
éxito, todavía está por verse la permanencia de los nuevos exponentes y la
nueva oferta.
No sin
pasar por alto que una anterior generación de salseros mantiene una vigencia
incuestionable.
Los nombres
de los que ahora emergen no tienen una clara estrategia a futuro largo, cosa
que deben tratar de hacer a la mayor brevedad posible.
Deben tomar
en cuenta que el momento de la popularidad no es para siempre y que el público
cambia también de líderes, algo común que ha pasado en la bachata, los típicos y
hasta el propio merengue.
La salsa de
ahora tiene nuevos nombres y nuevos rostros, nuevos temas y alguna que otra adaptación
de versiones ya conocidas.
Sin embargo
solo se percibe que en el grupo no más de cinco exponentes traen etiquetas de
hit.
Contrario a
lo que sucedió en los años 70, la salsa de ahora y sus representantes cuenta
como aliado de mucha importancia el internet, que suple sin lugar a equívocos
la difusión que muy difícilmente se concibe sin esta herramienta de comunicación
de masas.
Los
salseros de ahora son todos buenos intérpretes. No son conflictivos, ni
aparentan serlo…puntos a su favor.
Sin embargo
la sensación de estrellas ha llevado a pensar que uno pudiera estar por encima
de otro en cuanto a popularidad se refiere.
Deben
cuidarse de los trucos y los bultos que ya hacen presencia. Las presentaciones “secretas
para abultar” deben abandonarlas.
Y sobre
todo la sobreexposición que ya muestran muchos ya sea en el propio internet, la
prensa escrita, la radio y la televisión.
Hasta ahora
van bien…sólo falta que se mantengan con la misma fuerza que llegaron y el éxito
estará en cada uno de sus trabajos.