Por Carlos de San Juan
Dio lastima ver a la merenguera típica, Fefita La Grande,
llorar en un programa de televisión donde pedía a las autoridades
norteamericana que le den entrada otra vez a su territorio.
Fue un espectáculo deprimente, de muy mal gusto, escuchar las suplicas de esta gloria de arte
dominicano, cuando pedía de manera lastimosa una visa.
Pero que lo malo que ella hizo, porque no han querido
otorgarle el perdón para que pueda entrar de nuevo.
No tiene suficiente dinero para vivir cómodamente aquí, acaso está en quiebra y necesita ir a
Estados Unidos a ganarse unos dólares urgentemente.
Que se deje de estar arrastrando por una visa, que agote los
recursos pertinentes, que contrate un buen abogado, si no funciona que se
olvide de eso.
Ahora ella debe de decir toda la verdad de su caso, que fue
lo que motivo la cancelación de su visa, porque hasta ahora lo que ha dicho no está
claro.