Cristina Fernández de Kirchner y Baltasar Garzón, en una imagen de archivo (I.C.)
La relación de mutua admiración existente entre Baltasar Garzón y Cristina Fernández de Kirchner ha derivado “en pasión instantánea”. Al menos eso es lo que afirman diversos medios mexicanos y replica el diario argentino Clarín, conocido por su escasa sintonía con el Gobierno de Kirchner. La exclusiva del supuesto romance es de la revista Quién, que asegura que el que fuese magistrado de la Audiencia Nacional y actual asesor del Tribunal Penal Internacional de La Haya mantiene una relacióncon la presidenta de Argentina que traspasa los estrictos límites de una simple amistad.
El exjuez reside actualmente en Argentina, después de que fuese inhabilitado
de su cargo durante 11 años por ordenar escuchas telefónicas ilegales.
En este bache profesional que sufrió Garzón, entró en juego la viuda del
político y empresario Néstor Kirchner, quien le ofreció un permiso de residencia por un año,
además de un Documento de Identidad argentino. También le otorgó el
cargo de asesor de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de los
Diputados, acción que no fue bien recibida por la oposición al Gobierno kirchneriano.
Por estos motivos, ha sido común ver a Garzón y Kirchner juntos en numerosos actos públicos.
Esto habría despertado los rumores que ahora apuntan a una posible
relación sentimental entre ambos. Eso sí, Verónica Calderón, responsable
de la información que saldrá publicada este viernes 1 de marzo en Quién,
llega a cuestionarse la naturaleza de su rumoreada relación y si éste
“affaire va en serio. Es decir, si la pareja decidirá salir del armario
heterosexual”.
Calderón va más allá en sus afirmaciones y asegura que su supuesto romance es, cuanto menos, vox pópuli en el entorno cercano de Garzón en España.
No obstante, confiesa que en Argentina esta situación todavía no ha
llegado a conocerse, hecho que cambiará a raíz de la inminente
publicación de la portada mexicana. Una información que, no solo pone en
peligro el matrimonio del exjuez con Rosario Molina, sino que cuestiona
además las motivaciones que provocaron la decisión de la propia
presidenta argentina de acoger a Baltasar en su círculo de asesores.