Anthony Santos, es el llamado "Mayimbe de la Bachata", bautizado así por su enorme popularidad, desde los años 90s. Su pegada, su manejo místico, permitió que se crearan fábulas y hasta misterios. Porque antes, se escogía los días "miércoles para lanzar sus discos nuevos y a las 12 de la medianoche siempre", en los tiempos de Mañón, su empresario y cuando la Duarte con París, era el negocio del amargue.
Santos, a su alrededor tejió muchos comentarios, que incluso, llegaron hasta el extranjero, y productores franceses hicieron un reportaje del popular bachatero. Hoy en día, su carrera está a punto de análisis, es lo que algunos conocedores del género, cuestionan. Es el mas popular dentro de los bachateros dominicanos, pero no "el mejor".
Su precio por actividades es alto, con una situación de crisis mundial. No cede al bajar, porque "el dice que lo garantiza". El antes...para él no tiene razón de ser, porque se impregna en el presente y no reconoce el derecho del consumidor, ya que quien lo contrata "tiene que aumentar todo en su negocio", para poder "pagarle". Santos aceptó hacer un serial de conciertos, motivados por el pelotero de Grandes Ligas, quien le dio una millonada y la Cervecería Nacional Dominicana, a nombre de su producto Bohemia, montó "El Vacilón Bohemia", que desde que inició, fue flojo, a tal punto, que ya la empresa, decidió "hacerlo gratis", pues se estaba cobrando la entrada a los conciertos populares del famoso artista.
Algunos han llegado lejos, y han externado que la Cervecería luego de andar detrás de éste y nunca ceder, (el no se dio cuenta), con una marca menor, lo patrocinó por todo el país, y ni lo tomó en cuenta en su Festival. Es que el imperio mas grande el Romano cayó. Anthony Santos lanzó su producción el pasado diciembre y del mismo sonó "Un muerto vivo", no logrando impactar. Para el Cibao suena "La Carta", pero a Santo Domingo, no ha llegado. Es una situación de mucha reflexión, pero para los linsonjeros del cantante, este trabajo no caerá bien y dispararán sus dardos venenosos, pero es una realidad que está ahí.