Por: José R. Martínez Burgos
Estamos hace tiempo viviendo una época de despropósitos. Somos indiferentes ante la masiva invasión haitiana y alentamos su vigencia hasta con la limosna que damos en las esquinas a las madres cargadas de niños cuasi desnudos y desamparados y hasta se da preferencia a las embarazadas haitianas, nuestros hospitales en perjuicio de las dominicanas que solicitan los mismos servicios.
Estamos amparando a los pobres haitianos y despreciando a los ancianos dominicanos que piden un pan para saciar su hambre y su abandono. Estamos olvidando, esos mismos haitianos son descendientes de lo que hace mas de 160 años mataron a machetazos a los que pedían libertad en su propio suelo. Hemos llegado a la inconsecuencia con nuestros patricios al constituirnos los defensores más rabiosos de los atribulados por el terremoto que azotó Haití el año pasado y no nos damos cuenta, que nos hemos constituido en los pordioseros del pueblo haitiano y no salimos en ayuda de nuestros menesterosos.
Si queremos salvar nuestro país verdaderamente, iniciemos de inmediato una acción para acabar con la miseria en que viven mas de seis millones de dominicanos en sus propia tierra. Comencemos un gran programa de creación de nuevos empleos, más escuelas, más maestros, más hospitales y luego ayudemos a los haitianos, empezando por recoger la inmensa cantidad de pedigüeños que deambulan por todas las esquinas de Santo Domingo, Santiago y todas las demás ciudades, pidiendo ayuda a los conductores de vehículos y si no le dan unas monedas hasta le golpean sus propios carros. Cuidado con esa delincuencia, que pide desafiante y es capaz de cualquier otra actitud. Démonos cuenta rápidamente, que aquí tenemos una escala de valores equivocada. Aún podemos salvarnos. Necesitamos una cara de humildad para el dominicano y recordemos que los luceros recuerdos aquí llegan demasiado tarde, necesitamos más cerebro y menos corazón con los haitianos. Cerremos definitivamente a cualquier precio la frontera ó terminaremos gobernados por los invasores aparentemente pacíficos.
E-mail: jrmartinezbur@codetel.net.do