Miguel Melenciano
New York, NY. El politólogo, empresario y dirigente comunitario, Licenciado Jay Peña, reveló que la empresa de televisión privada que transmite sus señales a través del cable en todo los Estados Unidos con el nombre de “Televisión Dominicana” nunca ha invertido en los asuntos de la comunidad dominicana, a pesar de que los dominicanos son los que pagan por ver su transmisión, por ello no se opone a que sea excluida de los diferentes canales del cable.
Peña expreso que a pesar de la empresa se promociona como dominicana, sus propietarios no lo son, ya que anteriormente pertenecía a una señora llamada Martha Turón, y ahora es propiedad de un fondo de inversiones de la bolsa de valores que funciona en Wall Street.
Agregó que el único gerente dominicano que laboró en venta, antes del trapazo de la señal al otro consorcio, era el publicista Freddy Arias, quien fue despedido al momento del trapazo de propietario, y después de eso, ningún dominicano ha sido empleado por los nuevos propietarios.
Dijo Peña que a los dominicanos que quieren ver dicha señal, no le sale Gratis, ya que tienen que agregar a su factura un paquete que les cuesta alrededor de US$ 20.00 dólares, dinero que deben descontarlo del salario que ganan en la urbe.
El empresario Jay Peña quien también maneja la carrera artística de destacados artistas dominicanos en la urbe, expreso que por lo menos estas señales son de propiedad de empresarios dominicanos los cuales han aportan con creces al desarrollo de la comunidad en los Estados Unidos, y el país cuando se presentan catástrofes atmosféricas.
Dominicanos consultados al respecto, expresaron que no se oponen a que saquen del cable la señal “Televisión Dominicana” y en su lugar coloquen otra señal de dominicanos, otros expresaron que solicitarían al estado dominicano reclame el nombre que identifica nuestra etnia y que es utilizado por empresarios extranjero para lucrarse económicamente.
Los ex propietarios de la señal “Televisión Dominicana” Marta Turon y su esposo Roger Huguet apresado y sometido a la justicia por el FBI, se vieron obligados a vender los derechos de la señal, al verse involucrados en el mayor escándalo de corrupción en la historia de la FIFA, que llevo a la renuncia de su entonces presidente.
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