Nadie que conozca la trayectoria profesional y el rigor ético de Bienvenido Álvarez-Vega puede dudar un ápice de sus argumentos para explicar la publicación en el periódico Hoy de unas fotos falsas sobre armamentos de artillería supuestamente movilizado en San Francisco de Macorís por tropas militares para contener una huelga pueblerina.
La gravedad de ese hecho rebasa por mucho el vil engaño a un periódico del prestigio de Hoy, con 36 años sirviendo las noticias con el mayor nivel de excelencia y objetividad y preocupado siempre por decir la verdad, sin importar a quien pueda afectar o beneficiar esa verdad.
Lo que demuestra es la vulnerabilidad en que ha caído la prensa dominicana -por mucho que intente acorazarse-, frente a la embestida de grupos fanatizados capaces de utilizar cualquier método para alterar la paz pública, algo que se inscribe en los planes sediciosos denunciados en esta columna hace varios meses.
Engañar al periódico Hoy para que publicara unas fotos alarmistas -con tanques de guerra, carros de asalto con emplazamientos de artillería y helicópteros igualmente artillados-, no puede verse como travesura de muchacho sino como un nuevo paso en la campaña desestabilizadora que sus organizadores admiten tiene el propósito de hacer abortar la institucionalidad democrática.
Esas mismas imágenes circularon con profusión en las redes sociales los días jueves y viernes, precisamente cuando se debatía el origen de los disparos que segaron la vida de uno de los activistas del Falpo en San Francisco de Macorís, un hecho que en cuestión de minutos tuvo repercusión en el entorno de la UASD en Santo Domingo con enfrentamientos de estudiantes con la Policía.
Falpo y la “chilena”
Al rato de acusar a los policías y militares de la muerte del estudiante Vladimir Balderas, ya se tenía conocimiento de que el disparo que lo mató se hizo a corta distancia y con un arma de fabricación casera conocida como “chilena”, un artefacto que el Falpo maneja con maestría.
La experticia forense en el cadáver del joven descarta que el disparo saliera de un arma militar porque ni los militares ni los policías utilizan ese tipo de artefacto, pero para reforzar su versión había que presentar a las fuerzas oficiales en su mayor expresión represiva: tanques de guerra, carros de asalto, helicópteros artillados, etcétera.
Con tan mala fortuna, que esos armamentos modernos no forman parte del equipo militar dominicano porque hasta ahí no hemos llegado. “Ya quisiéramos nosotros”, comentó un oficial asignado a una institución del Estado cuando vio el viernes la primera página del periódico Hoy.
La noticia falsa provocó alarma en los altos mandos militares y en los organismos de seguridad del Estado. El propio ministro de Defensa, teniente general Rubén Darío Paulino Sem, hizo el desmentido en conversación con el director de Hoy, que le pidió disculpas y prometió enmendar el error, cosa que hizo en la edición del sábado.
Protección de fuentes
El periódico no está obligado a revelar la fuente que le suministró las fotos al director, pero como esa operación se hizo a través de Internet, se supone que al Ministerio de Defensa le resultaría fácil detectar al oferente de ese material viciado y averiguar la razón de un hecho tan perturbador para el país.
Aunque ese tipo de engaño no es nuevo y los periódicos han establecido mecanismos para protegerse de esas burlas, los grupos que se dedican a eso mejoran sus trabajos con nuevas tecnologías.
Por ejemplo, en las fotos del viernes insertaron en una callecita de San Francisco un tanque de guerra de última generación utilizado por tropas españolas en la toma de Faluya contra el Estado Islámico en 2016.
...Y nos engañaron a todos.
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