La campaña que desarrolla el Gobierno mostrando algunos escalofriantes accidentes de tránsito, que como fruto de la imprudencia suceden en calles y carreteras del país, es publicidad oficial útil que debería ser permanente.
Los recursos que se invierten en este tipo de publicidad son justifi -
cables, oportunos y necesarios. El país necesita orientación,
prevención, educación vial.
Esa publicidad ofi cial con sentido social debe ampliarse. Muchas
instituciones públicas que hacen publicidad casi innecesariamente,
deberían orientar su esfuerzo a una comunicación con sentido social.
La Lotería Nacional, por ejemplo, que desarrolla esfuerzos
publicitarios con miras a elevar la imagen de la institución, debería
disponer de fondos para educar en muchas áreas: los dominicanos no
sabemos qué carril tomar cuando transitamos por una carretera a baja
velocidad; los dominicanos no reparamos en tirar basura en cualquier
lugar; los dominicanos no somos dados al uso de las frases de cortesía y
nos cuesta mucho responder un saludo de buenos días; los dominicanos no
respetamos el orden y cuando llegamos a un lugar donde se hace una fi
la intentamos violentarla para ser atendidos primero que los demás; los
dominicanos no cedemos el paso cuando transitamos por calles y
carreteras, por el contrario, cuando alguien avisa a través de su luz
direccional que quiere entrar a un carril, aceleramos para impedírselo;
en fi n, tenemos una larga lista de defectos conductuales que trastornan
la convivencia y que hablan mal de nosotros en términos educativos.
Cualesquiera de esos temas y de otros tantos que delatan nuestras
deformaciones cívicas podrían ser acogidos por las instituciones
públicas con vocación de hacer publicidad sin propósito.
Lo que más necesita nuestra población es orientación, educación,
guías sociales que eleven su comportamiento, y la publicidad podría
ayudar a mejorar muchas de nuestras inconductas.