Columna Nutricional
Por CristalMuñoz.Com
¿Alguna vez has probado leche fresa de vaca? Si es así te habrás dado cuenta de dos cosas:
Primero, que tenía un sabor dulce y agradable y, segundo, que no te causaba problemas digestivos. Esto se debe a varios factores.
Es importante tener en cuenta que hoy en día las vacas que producen leche ya no comen pasto, sino un pienso que incluye entre otras cosas, cemento y restos de otras vacas. Además, la mayoría de estas vacas nacen, viven y mueren en criaderos donde rara vez ven la luz del sol, mucho menos salen a pasear.
Por si fuera poco, estas vaquitas lecheras frecuentemente son inyectadas con antibióticos y con todo tipo de hormonas para que crezcan rápido y produzcan mucha, mucha leche. ¡Y esas hormonas te las estas bebiendo en tu vaso diario de leche!
Como te imaginarás todos estos factores afectan no solo el sabor de la leche, sino su nivel nutricional. ¡Pero la cosa se pone peor!
Una vez que los manufactures tienen esta leche, la someten a un proceso llamado pasteurización en el cual hierven la leche a temperaturas muy altas para matar cualquier bacteria dañina. Desafortunadamente este proceso también mata las bacterias buenas que nos ayudan con la digestión, el sistema inmune y mucho mas.
¿Y cuando fue la última vez que le oíste comentar a tus abuelitos que alguien se murió por beber leche cruda? Yo tampoco.
Y he ahí la causa principal de la “Intolerancia a la Leche”.
La leche cruda contiene una enzima que se encarga de ayudarle a tu estomago a que pueda digerir la leche, la cual desaparece con el proceso de esterilización.
En resumen; los productos lácteos como el yogurt, la leche y el queso juegan una parte muy importante en nuestra alimentación y no te puedo estresar lo importante que es conseguir productos lácteos libres de hormonas y antibióticos.
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