Con los biopics siempre nos surgen estas mismas preguntas. ¿Es esto una invención en pos del entretenimiento o una increíble historia real? ¿Cuántos de estos detalles son ciertos y cuáles provienen de las mentes agitadas de unos guionistas con complejo divino? Con Bohemian Rhapsody, el primer biopic de la banda británica Queen, vuelven a aflorar esas cuestiones. Y estamos aquí para resolverlas.
Dirigida por Bryan Singer (bueno, a trozos), el filme se centra en la figura de Freddie Mercury (interpretado por un entregadísimo Rami Malek) para contar cómo uno de los grupos de rock and roll más célebres de la historia de la música unió fuerzas y creó temas como Another one bites the dust, We are the champions, I want to break free, Somebody to love, Radio Gaga o, claro, Bohemian Rhapsody. Cómo se conocieron, cómo volaron, cayeron y se levantaron, colocándose en el pedestal más indiscutible de la música británica. Y mundial.
Ahora bien, ¿qué es verdad y qué no en este biopic? ¿Podemos fiarnos de lo que nos cuenta o han llevado las licencias creativas por bandera?
ÉRASE UNA VEZ
Si algo no puede faltar en un biopic musical sobre una banda es el momento de su formación. Es decir, esa conjunción de astros que llevaron a un grupo de personas a acabar formando una banda de música para buscar su hueco en la industria. Según la película, es una cuestión casi divina: Freddie Mercury (que por aquel entonces aún no se había puesto ese nombre, y trabajaba en el aeropuerto de Heathrow) venía echando el ojo a una banda llamada Smile, y justo el día en que decide entablar conversación con ellos se entera de que su cantante les ha dejado tirados. Unos segundos de canto y una pequeña muestra de su personalidad arrolladora y ya los tiene en el bolsillo.
PARA QUEEN ADICTOS
¿Cómo ocurrió este momento en realidad? Bueno, ni tan mágico ni tan rápido: el cantante que dejó la formación, Tim Staffell, era amigo y compañero de Mercury en el Ealing Art College. Creó Smile en 1968 junto a Brian May y Roger Taylor, y les presentó a todos tan sólo un año después. Fueron amigos durante un tiempo, y no fue hasta principios de los años 70 que el líder de la banda decidió marcharse. La situación en aquel momento era propicia para que Mercury ocupase su lugar. ¡Estaban compartiendo apartamento todos juntos! Parecía la opción más lógica, sabiendo que éste sabía cantar y tenía mucho desparpajo en el escenario.
Además, según contaba el propio Brian May, Mercury siempre tenía mucho que decir sobre cómo actuaban frente al público. "No os estáis vistiendo como toca, no estáis apelando correctamente a la audiencia, siempre hay oportunidades para conectar", recuerda el guitarrista, reproduciendo las palabras de su compañero. El cuarto miembro, el bajista John Deacon, lo encontrarían a través de unas audiciones en 1971 después de unas cuantas malas experiencias en ese puesto. Y así nació Queen tal y como la conocemos en su etapa dorada. Su encuentro no sería fruto de la casualidad, pero sin duda encontrarse entre ellos -casi almas gemelas musicales- puede considerarse un efecto del destino.
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EL PASADO DE FREDDIE MERCURY
Cuando conoció a los miembros de Smile, Freddie Mercury no era Freddie Mercury, sino Farrokh Bulsara. Con ese nombre nació un 5 de septiembre de 1946 en Zanzíbar, en aquel entonces protectorado británico, en el seno de una familia parsi. Por la posición laboral de su padre en el gobierno de Reino Unido, vivían con el privilegio del que otras familias carecían y pudieron mudarse pronto a las islas, cuando él tenía 18 años. Todo esto -también que tuvo muchos complejos con sus dientes en la escuela o que el apodo Freddie vino de una profesora- no aparece en la película, donde, por las limitaciones lógicas, lo comprimen mucho más.
En Bohemian Rhapsody, sólo hacen falta un par de escenas dentro de la casa -la inglesa- de los Bulsara para entender dos cosas: que en su familia lo quieren mucho, pero les preocupa tanto sus excentricidades como el camino profesional que pretende tomar. Especialmente el padre, como matriarca, se muestra como la figura más escéptica, aunque nunca represora. Si esto es cierto o no, es una cuestión de intimidad familiar. Sabemos, eso sí, que es cierto que sus padres no estaban conformes con que su hijo iniciase una carrera en la música. “Era bastante rebelde, y mis padres lo odiaban”, le dijo a la revista Rolling Stone en una entrevista publicada en 1981. También vemos en la película el momento en que dejó de ser Farrokh Bulsara y se convirtió en Freddie Mercury, como un paso natural en los nuevos cambios que estaba sufriendo su vida con la formación de Queen. Por fin podía ser quien siempre había querido ser, y no hay mejor manera que dejar atrás el pasado que cambiando tu carnet de identidad. Así está reflejado, con mucho acierto, en el filme.
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MARY AUSTIN, EL AMOR DE UNA VIDA
No, Freddie Mercury no era heterosexual, pero tuvo que pasar todo un proceso para darse cuenta de ello. Eran otros tiempos. En la película vemos cómo empieza una relación con Mary Austin (Lucy Boynton), con la que convivió durante seis años, antes de que se diese cuenta de que era bisexual. Al confesárselo, la relación romántica quedó rota y empezó la amistad más duradera que tuvo nunca el cantante. Siempre dijo que ella era su esposa, que lo suyo era un matrimonio, hasta cuando la propia Austin se casó con otro hombre y tuvo hijos (aparece en la película como un elemento que pone énfasis en la soledad y aislamiento en la que Mercury se estaba sumiendo).
Por poco convencional que parezca esta relación entre ambos, es completamente cierto. Ella sí era dependienta de la tienda Biba, pero no se conocieron ni allí, ni de forma completamente aleatoria en una fiesta como sugiere la película, sino en un puesto de un mercado que llevaba junto a Roger Taylor, cerca de Kensington Market. La longeva relación entre ambos y la posterior amistad-matrimonio que mantuvieron, incluso que ella se mudase a un piso justo al lado de su casa, es verídico. Se dejaron, eso sí, el hecho de que desde principios de los 80 Austin ejerció directamente de su secretaria.
Mercury siempre sostuvo que ella era su "única amiga". Quizás por eso, y estos detalles no aparecen en Bohemian Rhapsody, ella fue quién actuó de enfermera en sus últimos días, a ella le legó la mitad de su fortuna -incluida la casa- y le encargó la tarea de esparcir sus cenizas, con la condición de no revelar nunca dónde lo había hecho. Aún guarda el secreto.