El
Decreto 305-13 no me asombra. Porque una de las expresiones que más he
escuchado en estos años (cada vez que se ha enfrentado a poderosos
banqueros, comerciantes o industriales; cada vez que ha sancionado un
abuso; cada vez que se ha enfrentado a cualquier funcionario cómplice de
estafas a la gente; cada vez que ha denunciado un engaño puesto en
góndolas o vitrinas; cada vez que ha rellenado a quien sea) es: “A
Altagracita hay que sacarle su comida aparte”. (Sí, esa misma: Altagracia Paulino, a quien deberían dejar para siempre en Pro Consumidor).
Por Ramón Colombo