Cinco décadas después de haber irrumpido en la escena musical con The
Beatles, este domingo Sir Paul McCartney y Ringo Starr volvieron a hacer
historia al presentarse juntos en la 56 entrega del Grammy y ejecutar
el tema “Quennie eye”, de su reciente álbum New, el cual bailó hasta
Yoko Ono, viuda del fallecido John Lennon.
La tv fue testigo de momentos históricos y emotivos en la música, pues
además de la presentación de los ex integrantes del cuarteto de
Liverpool, la Reina del Pop, Madonna, unió su voz al cuatro veces
ganador de la noche, Macklemore & Ryan Lewis, en un show en el que
casaron más de 30 parejas gays.
Antes de estar juntos en el escenario, Ringo y McCartney habían
desfilado por la alfombra y McCartney había sido condecorado con el
megáfono a Mejor Canción Rock por “Cut me some slack”, que compartió con
Dave Grohl (Nirvana).
Starr había cantado ya “Photograph”, tema que se desprende de su primer
álbum solista; Black Sabbath fue el grupo encargado de presentarlo y
alabar la contribución de Ringo a la música.
Más que una premiación, la gala fue un festín musical de casi cuatro
horas en el que amigos y colaboradores compartieron y se divirtieron en
el escenario. Fue una noche cargada de magia musical gracias a
Mackelmore & Ryan Lewis, así como al máximo ganador de la noche
(cinco premios) Daft Punk y a la cantante Lorde (dos galardones).